Paterna iluminó la noche del último domingo de agosto con los destellos de 70.000 cohetes entre "femelletes" y "coetons". Los 150 metros del Carrer Major se incendiaron y vieron como un total de 353 tiradores quemaron casi una tonelada de pólvora en tan solo 23.22 minutos, según indicaban los dos relojes digitales que se habían instalado como novedad esta año al principio y al final del recorrido.

A las 1.30 horas, tras un toque de corneta que sonaba a llamada militar, la regidora de festes del municipio, Teresa Espinosa, paseó la bengala verde como señal de inicio de la "guerra de cohetes". Una traca tan larga como el itinerario del evento prendió los primeros cohetes y, a partir de ahí, Paterna tembló con el tictac musical de la pólvora una año más. Un ritmo, al compás de los petardos, que difuminaba con humo a los tiradores pero que esculpía el recuerdo en ellos a través de la detonación final. Ese estruendo continuo de luz y color, que hace única a la capital de l'Horta Nord, demostró cómo la Gran Cordà, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2017, no tiene rival ni comparación posible.

Los tiradores actuaron como acróbatas en el abismo y, sobre ese palpitante riesgo, proyectaron imágenes vivas como si la alegría de esa noche dependiera de la mecha encendida de les "femelletes" o "coetons". Asimismo, los momentos más intensos de la madrugada se vivieron con el incendio de los cajones de cohetes. Hasta tres se prendieron de manera consecutiva y provocaron una masa ascendentes de chispazos que impactaba. Ese olor a pólvora convidaba a participar de una fiesta donde la explosión de los cohetes abrían en canal las emociones. Al terminar, fuentes de Protección Civil aseguraron que se quemaron 14 cajones de los 57 presentes en el acto.

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La Cordà de Paterna, en imágenes

Una pareja de Turín viajó desde el norte de Italia para sentir de cerca la pólvora en Paterna. Con un inglés medio, mientras se hacían fotos con los tiradores que salían del recinto, aseguraban que "si podemos, volveremos a verlo en vivo porque este evento es una bestialidad". En ese sentido, también explicaron que "ha sido uno de los actos más impactantes que hemos visto en nuestra vida".

Entre los participantes se encontraba Sonia Font, una cohetera que debutaba en la Gran Cordà gracias a la implicación de sus amigos: "He notado los nervios lógicos del principiante pero luego he disfrutado muchísimo". La vecina de Paterna también manifestó que "pensé en salirme del recinto porque había mucho fuego y era complicado respirar si no tenías experiencia pero me he quedado porque sentía que estaba participando del acto más importante de todas las fiestas de Paterna".

Santiago Veintimilla, que lleva entrando casi un cuarto de siglo en la fiesta, salía con el cajón de los cohetes de recuerdo: "He sentido mucha intensidad, calor y pasión porque creo que ha sido uno de las mejores cordàs gracias a la calidad del cohete". En ese sentido, Veintimilla explicó que la calidad de un cohete radica en "que prenda rápido, que no haga mucho humo y que levante su vuelo".

La hospitalidad a cargo de la familia los Blayos, que acogió a los periodistas en su terraza y dio agua a los tiradores cuando se acabó la fiesta, también marcó la diferencia en esa explosión de pólvora que la madrugada se encargó de enviar hacia la eternidad en Paterna.

Los incidentes

Cuatro agentes de policía estuvieron presentes en el interior de la Cordà como otra novedad de este 2019. Llevaron unos intercomunicadores, colocados bajo la axila del traje de cuero como cualquier tirador, con los que supervisaron los cuatro tramos del Carrer Major. El dispositivo de emergencia se completó con dos coordinadores sanitarios, seis médicos, once enfermeros y una UVI móvil. El parte médico que ofrecieron en la madrugada del lunes recoge, según fuentes municipales, un balance de 29 heridos, dos graves y el resto leves.

El Coeter Major, Vicente Pla, "Curro", no entró a la Cordà porque se fracturó el húmero hace dos semanas en el cohetódromo mientras probaba los cohetes y todavía tenía las grapas frescas de la operación. Sin embargo, sí que entraron el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, y el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa.