«Ya no me queda esperanza», confiesa resignada Rebeca, una vecina de Alfafar con tres hijos, uno menor de edad, que el próximo lunes 30 se quedará en la calle por una orden de desahucio después de que el banco Primus denegase su petición de de aprobarle una dación de pago del préstamo que contrajo con la sucursal y que Rebeca es incapaz de pagar con los 426 euros que recibe de subsidio.

Es la tercera orden de alzamiento que recibirá esta vecina de Alfafar, las otras dos se lograron prorrogar. La última fue «in extremis» el pasado 8 de abril. Hasta la casa de Rebeca se acercaron familiares y amigos, miembros de Frente Obrero que este jueves anunciarán en una rueda de prensa una serie de medidas para presionar al banco Primus y a la Generalitat Valenciana para pedir una alternativa habitacional para Rebeca y su familia. En aquella ocasión se logró una prórroga en el Juzgado de Catarroja. Esta vez las posibilidades de evitar el desahucio son más complicadas según el abogado de El Rogle, servicio jurídico antidesahucios contratado por el Ayuntamiento de Alfafar que está llevando el caso de Rebeca.

«El caso de Rebeca es particular porque no pidió un préstamos hipotecario sino un préstamos de reunificación de deuda que no contempla la ley como causa de renegociación con los bancos. Es una aplicación muy estricta de la ley a nuestro juicio, ya que la ley se hizo para evitar que personas sin recursos se queden en la calle como es este caso, pero esta jueza no lo contempla así», señalan.

Desde el Rogle afirman que en todo este tiempo no han cejado en su empeño de paralizar el alzamiento de vivienda. «Hemos interpuesto otros recursos para prorrogar el desahucio, también hemos solicitado una vivienda social a la Generalitat Valenciana y hemos mandado un burofax al Banco Primus firmado por el alcalde de Alfafar del que no hemos recibido respuesta».

Tampoco existe la posibilidad de que Rebeca ocupe una vivienda social en Alfafar,porque las que asignó la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVHA) en la conocida como «finca roja» de Alfafar ya están todas ocupadas.

«Llevo ya más de tres años sufriendo esta pesadilla. Yo estoy dispuesta a pagar un alquiler social pero el banco no quiere saber nada y no sé que voy a hacer si el 30 nos dejan en la calle a mí y a mis hijos», señala Rebeca que lanza un llamamiento de auxilio a la desesperada. De momento Frente Obrero y la PAH se manifestarán delante de la casa de Rebeca el día 30 para protestar y pedir una alternativa habitacional.