La planta de tramiento de residuos derivados de la construcción y otros, técnicamente conocida como Gemersa, abrió sus puertas en 2007 en la partida de la Contienda de Torrent, impulsada por un grupo empresarial. En el año 2015, tras numerosas quejas y denuncias de diferentes entidades (una de ellas llegó a la Unión Europea), la Conselleria de Medio Ambiente ordenó la clausura por considerar que la empresa gestora había incumplido los términos de la licencia e inició expediente sancionador.

Aunque la actividad ya no existía por haber quebrado la gestora meses antes, la planta mantenía en su interior toneladas de residuos en gigantestas montañas. En la instalación se han producido diversos incendios, uno de ellos en el año 2015, cuando las llamas se mantuvieron casi 20 días, porque a pesar de apagar la superficie, continuaba ardiendo el interior de la montaña más grande, donde había productos inflamables.

En junio del año 2017, Medio Ambiente comunicó a Torrent que, dado que habían sido desoídas todas las órdenes de ejecución anteriores, la propia conselleria iniciaba la ejecución subsidiaria del desmantelamiento de la instalación pero no la ejecutó. Según ha explicado este miércoles el alcalde de Torrent, en aquel momento la institución autonómica calculaba en 2,3 millones el coste de retirar las 40.000 toneladas que se estimaba que había dentro.

No obstante, en 2018 Medio Ambiente cambió de estrategia y pidió al consistorio que acometiera la ejecución subsidiaria de la retirada de residuos, a lo que la institución local se ha negado reiteradamente.