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«Papá, ¿dónde voy a ir ahora si cierran el cole?»

Las familias de Educatio defienden la labor del centro y resaltan los avances logrados por sus hijos

La suspensión cautelar de la orden de revocación de la licencia de apertura, ha sido un balón de oxigeno para las familias de Educatio. Pero han vivido meses duros y de mucha incertidumbre. «Papá, ¿ahora dónde voy a ir si cierran el cole?» Son palabras de la hija de Vicente. La niña de 13 años, es alumna del centro desde 2016. «Con diez años, apenas sabía leer y escribir. Nadie en su colegio se preocupó de su estado académico. Aquí en tres meses, han conseguido lo que no pudo un centro público en años», relata. «Lo hemos pasado muy mal con el posible cierre ya que están jugando con el futuro y la vida de nuestros hijos», sentencia.

La madre de un alumno de 15 años con Trastorno por Déficit de Atención (TDHA) con impulsividad, también expresa el «sufrimiento y la falta de humanidad» ocasionado por la conselleria. «Mi hijo ha pasado por varios centros, ha repetido curso y perdió a sus amigos. Llegó aquí a mitad del curso pasado y ahora, es otro, ha sufrido un cambio brutal. Aquí saben lo que necesita. Sería muy duro tener que volver al sistema del que has huido. Yo no pido nada a la administración. He salido del sistema público porque mi hijo lo necesitaba para ser feliz y en este modelo lo es», recalca.

Pepe es el abuelo de César, de siete años. Su hija y su yerno tuvieron que trasladarse desde Viver a Paterna. Fue el último cartucho para encauzar los estudios del pequeño. «Allí, el niño, por lo que sea, no avanzaba. Nos vinimos aquí tras un curso de verano y ha sido como ir a Lourdes: ahora hasta quiere hacer los deberes. Su evolución en el centro ha sido tal, que ya nos han recomendado que está listo para volver a un centro ordinario», explica el hombre, que resalta que «sin la entrega, vocación y dedicación de los profesores no se verían estos resultados. Todo esto la conselleria se lo ha saltado a la torera sin ni siquiera preguntar la opinión a los padres». Pepe revela que su yerno cobra una pensión de poco más de 600 euros, que invierte íntegramente cada mes en Educatio. «La conselleria debería velar por el interés de los niños, que aquí han encontrado un purtoo feliz después de oscuras travesías, y no realizar un ataque frontal de esta magnitud. Ha sido y un transtorno para todos», concluye.

Entre la amplia documentación que el centro ha aportado en su contencioso administrativo, figuran, además de las titulaciones del personal docente, el programa académico y los informes de todos los alumnos, las cartas de 23 familias relatando las experiencias de sus hijos y avalando la valía y el resultado de Educatio. «Tras su paso por el centro, el niño empezaba a ir al colegio con ilusión, y lo más importante, salía feliz cada día pese a tener grandes carencias básicas», «En un par de meses, la niña empezó a saber alto tan básico como el día de la semana en el que vivía, que el anterior colegio lo dieron por imposible» o «tenía problemas de discriminación de los compañeros, se negaba a ir al colegio y tenía problemas de comportamiento. Tras empezar en Educatio, su desarrollo personal, emocional y académico ha ido en constante auge hasta ahora», son algunos de los testimonios aportados por los padres y madres, algunos residentes en Navarra, Almería o la Vall d'Uixó.

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