El Ayuntamiento de Catarroja quiere que el proyecto alternativo a la quema de la paja del arroz, que ensayará este año, tenga todas las garantías en su ejecución. Tal y como adelantó ayer Levante-EMV, tras lograr el consenso con el sector arrocero, el consistorio ha optado por un doble sistema: en las partidas la paja se está empacando y en los 'tancats' se quedará depositada. La fórmula para evitar que se pudra será inundarlos y bombear el agua el tiempo que sea suficiente (se calcula que un mes y medio) para que se regenere.
Una empresa especializada realizará controles y mediciones diarias del agua para seguir la evolución del residuo y evitar la putrefacción. Los resultados de las analíticas serán controlados tanto por expertos de la Universitat de València como por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.
Decisión del Consell Agrari
El objetivo final es superar la fase en la que la paja podría descomponerse sin haber tenido que quemarla. Aunque este año los campos del entorno a l'Albufera más cercanos a València tienen permiso para quemar la paja (la conselleria estableció en 2018 una alternancia), en Catarroja el Consell Agrari Municipal optó por no hacerlo, dado que el consistorio estaba trabajando en esta alternativa. La inundación de los 'tancats' se realizará una vez acabe la campaña de recogida del arroz. Una vez acabe el proceso, se evaluarán los resultados.
Y en las dos grantes partidas donde sí que puede entrar maquinaria, la paja ya está sienfo recogida y empacada por una empresa especializada para permitir su reutilización.
El resto de municipios de l'Horta Sud que está en la zona con autorización para quemar la paja este año, según el plan de la conselleria. son Silla, Massanassa y Alfafar. Desde estos consistorios se han tramitado solicitudes para quemar paja en unas 2.000 parcelas de distinto tamaño aunque los propios gobiernos locales son conscientes de que «una gran parte» no se incinerará.
