«El asociacionismo vecinal surge hace 50 años como respuesta a la deficiencia de los barrios y de la lucha antifranquista», explica Juan Antonio Caballero, Presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales, en una jornada que hubo el miércoles en Benetússer con motivo del día de las ciudades, que se celebró ayer.
Caballero reivindicó la necesidad de que existan asociaciones en los barrios o municipios porque «articulan a la sociedad, son verdaderas escuelas democráticas y tienen capacidad de transformación» e insistió en que «los ciudadanos tenemos el derecho de influir en las decisiones de las instituciones».
Asociacionismo en Benetússer
Manolo Albiol, miembro de la primera Asociación de Vecinos de Benetússer, cuenta que la asociación nace en 1975 en un tiempo en el que hay «una eclosión democrática de querer conseguir la libertad y en el que los ayuntamientos estaban deslegitimados y las calles, colegios y centros de salud estaban deteriorados».
Tuvo un corto recorrido porque en las primeras elecciones municipales de 1979, la mayoría de integrantes de la asociación se presentaron en las listas de los partidos y desapareció.
Hasta 2005 no vuelve a emerger otra asociación. Será la Asociación de Vecinos de la Plaza de San Sebastián, con el presidente Ramón Ferriols. «Estuvimos ocho años luchando por mejorar la vida de este barrio, pero lo que conseguíamos respecto a todo lo que nos esforzábamos era insignificante», cuenta Ferriols. «Lo único que logramos en ocho años fue que en la plaza construyeran una gran fuente y pusieran una zona verde», explica. «Es muy importante que tomen un relevo generacional para que sigan existiendo las asociaciones».
Actualmente, solo sobrevive en Benetússer el Foro de participación ciudadana.
