El pleno del Ayuntamiento de Manises ha acordado instar a las diferentes administraciones implicadas a resolver los problemas que sufre el barranco del Salt de l'Aigua, que se ha convertido en el gran desagüe de las lluvias que se acumulan sobre las pistas del Aeropuerto desde su ampliación.

Además del «peligro humano» que comporta el caudal excesivo del barranco, en el cauce está el monumento histórico del acueducto 'els Arcs', declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por el Consell en 2006, una infraestructura hidráulica medieval cuya cimentación «está en riesgo de verse seriamente afectada por el agua».

Fuentes municipales indican que «el principal problema es que este BIC no es propiedad municipal, sino privada», por lo que el ayuntamiento «no puede actuar directamente para protegerlo». Además, la problemática incluye la implicación de varias administraciones públicas como AENA, el Ministerio de Fomento, el Ministerio por la Transición Ecológica (Confederación Hidrográfica del Júcar), y la Consellería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, además de los propietarios privados del barranco.

En la moción se indicaba que originalmente, el Salt de l'Aigua estaba compuesto por campos de drenaje, pero posteriormente los propietarios privados de las parcelas construyeron sobre el terreno, lo cual hace que el curso natural del agua se interrumpa y se haga más estrecho. Sin embargo, el principal problema proviene de la ampliación de las pistas del Aeropuerto entre los años 2005 y 2007, con motivo de la celebración de la Copa América. Y para que las fuertes lluvias no inunden las pistas del aeropuerto, ni la autovía M-30, la evacuación de las aguas se hace a través del barranco Salt de l'Aigua.

Desde la mencionada ampliación, las fábricas, huertos y casas, del barrio Sant Jerónimo y el patrimonio histórico de la zona han sufrido las consecuencias, como ya ocurrió por ejemplo con la caída de un puente.