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El misterio de la tumba sin nombre

En las labores de limpieza, Catarroja se topa con unos nichos abandonados con los restos de una mujer que se está intentando identificar

El misterio de la tumba sin nombre

Parece una leyenda típica de ser contada en la noche de difuntos, pero en este caso es totalmente real. El concejal de cementerios de Catarroja, Xavier Bellot, ordenó a la brigada proceder a las labores de limpieza del campo santo de cara al 1 de noviembre y les especificó que entraran a desbrozar una zona abandonada, llena de vegetación, con la intención de ponerla en valor. Lo que no sabían es que se iban a encontrar con un módulo de seis nichos, completamente destrozados por la acción de una planta de jazmín, de tipo enredadera ,y que precisamente en el nicho más destrozado, abajo a la izquierda, se iban a encontrar con restos humanos.

En el nicho no había ningún nombre, solo la fecha de defunción, 10-11- 1977 y posteriormente se descubrieron que los restos pertenecían a una mujer, cuya defunción no está registrada en ningún documento municipal. «Estamos buscando en archivos municipales a ver si podemos obtener más información sobre ella y encontrar a algún familiar», señala el edil Xavier Bellot. De momento, el consistorio trasladó los restos a un nicho municipal en el cementerio, señalado con el número de defunción, único dato que se conoce.

Ante la falta de información documentada, el consistorio decidió recurrir a los testimonios orales, empezando por el enterrador, que a la vez es hijo del anterior enterrador. Con su testimonio y el de algunas vecinas, el concejal del Ayuntamiento de Catarroja ha conseguido averiguar que este espacio era conocido como el cementerio protestante «algo que está en la tradición oral pero no documentado». También admiten que había una mujer, la madre de la chica enterrada, que tenía su llave propia para acceder a través de una puerta directamente a ese espacio, sin la necesidad de entrar por la puerta principal del cementerio. Puerta de madera que debido a su deterioro el ayuntamiento ha decidido eliminar, al igual que el bloque de nichos,dejando el espacio completamente limpio.

Tampoco se ha podido averiguar el nombre de la madre, si bien coinciden algunos testimonios en asegurar que procedía de una familia ubicada en Sagunt. «Nos gustaría poder contactar con ella para decirles donde está enterrada su familiar, porque seguramente lo desconocen», explica Bellot.

Lápida reutilizada

Para alimentar aun más la leyenda, resulta que la lápida donde aparece la fecha de la defunción era reutilizada, «algo muy común antes», y en la parte posterior se podía leer el nombre de Batista Ballester, muerto en los años 40. La casualidad ha querido que el nicho municipal donde el ayuntamiento ha decidido trasladar los restos está justo debajo del de Batista.

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