La apertura al tráfico del Camí Reial de Torrent, una de las arterias que divide el casco urbano, tras un año de reforma integral, ha provocado todo tipo de reacciones entre residentes y comerciantes. El consistorio ha actuado en gran parte de esta vía y en el enlace con la calle Valencia, además de la entrada en el Mas del Jutge. El objetivo de esta actuación, que se ha financiado con fondos de la Unión Europea, era convertir esta carretera en una vía urbana más segura e integrada en la trama de la ciudad.
Tras la reforma, que provocó numerosas quejas en los meses finales, especialmente del comercio, las reacciones eran ayer diversas entre la ciudadanía que utiliza esta vía. «Espero que ahora los coches vayan más despacio», explicaba Mari Carmen, que la atraviesa a diario, en algunas ocasiones con sus hijos. «Uno de los problemas de esta vía es el trafico excesivo, el ruido que provoca y la velocidad a la que van los coches», añadía esta vecina.
También coincidía en el peligro que hasta ahora suponía el Camí Reial otro de los residentes de la zona. «Divide totalmente en dos este barrio y a los de esta zona (en referencia a la que está separada del casco urbano y paralela al barranco) nos deja aislados. Eso se produce no solo por la carretera sino por la velocidad del tráfico. La reforma no ha acabado con la apariencia de carretera pero, al ser más estrecha la calzada, espero que ahora vayan más despacio», valoraba Alberto.
Uno de los repartidores de un comercio situado en esta vía aplaudía ayer que la obra haya acabado. «Era un auténtico caos llegar. Es verdad que estas obras son necesarias y que, cuando toca, nos tenemos que aguantar pero se ha alargado demasiado», opinaba José Antonio.
El comerciante al que hacía el reparto agradecía que la obra hubiera acabado prácticamente y que se hubiera abierto al tráfico la circulación. «Hay compañeros que lo han pasado muy mal y ya veremos si remontan», decía.
«Las aceras son más amplias»
En el otro lado, algunas vecinas valoraban que «ahora las aceras son más amplias y se puede pasear mejor» y además explicaban que «una vez acaben de poner bancos y árboles, quedará mucho más bonita». «Aquí no se había hecho una obra como toca desde hace muchos, muchos años y ya era hora de que se arreglara. Ha quedado muy bien», indicaba otra vecina del mismo grupo. En la conversación que se suscitaba sobre el asunto, una tercera residente del barrio indicó que le gustaba la obra aunque sus nietos «se han quejado» porque «no se ha construido un carril bici como se hace en València».
