El juzgado de primera instancia e instrucción número seis de Ciudad Real y el Juzgado de Instrucción número 3 de Torrent acogieron ayer el jucio por delito leve de apropiación indebida por la desaparición de una pulsera de bebé de una vecina de Alaquàs, que acabó vendiéndose en una joyería de Ciudad Real.

La sesión tuvo lugar en dos escenarios porque la acusada compareció en Ciudad Real mientras que la dueña de la pulsera lo hizo por viodeoconferencia en Torrent, municipio al que pertenece Alaquàs en el partido judicial.

La propietaria de la esclava de oro, que llevaba su nombre (hecho que permitió a la Policía Científica de Ciudad Real localizarla) y fecha de nacimiento, declaró que su sobrina de cuatro años la perdió a finales julio en la avenida del País Valencià de la Alaquàs. A preguntas del fiscal, respondió que ya había recuperado la pulsera, a través de la Comisaría de Xirivella, por lo que no reclamaba nada más.

Por su parte, la acusada indicó que, por su falta de medios económicos, vive de los enseres y artículos que encuentra en la basura y los miércoles rebusca en los contenedores de Alaquàs, «porque es el día de sacar los trastos». Asimismo, indicó que junto a uno de estos contenedores, halló la pulsera dentro de una bolsa. «En ningún momento pensé que era de alguien que la hubiera perdido», insistió, además de reconocer que en una joyería le dieron 46 euros por ella.

El joyero que la compró y la tenía a la venta cuando la interceptó la Policía de Ciudad Real no compareció porque no está acusado en el proceso. Tras escuchar ambos testimonios, el fiscal pidió para la mujer multas de cinco euros durante un mes.