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Alboraia

No es un plan, es depredación

La asociación del centro histórico de la población rechaza el nuevo PGOU

Paseando por las calles de Alboraia, pueblo referente dentro de la Horta Nord por su huerta, el cultivo de la xufa con denominación de origen y con vida propia pese a la proximidad de la gran ciudad, descubrimos el estado en el que se encuentra en estos momentos.

Nos encontramos con un espacio urbano con un ambiente creado tanto por las viviendas cerradas que se encuentran en mal estado de conservación, y la convivencia de éstas con edificios de viviendas de hasta cinco alturas, que conforman un paisaje urbano lleno de medianeras vistas, sin continuidad y que dan una imagen poco homogénea de aquello que se pretende conseguir con el catálogo de bienes y espacios protegidos.

El Plan General Estructural junto con el Plan de Ordenación Pormenorizada que pretenden aprobar el equipo de gobierno de Alboraia, protegen 190 viviendas del centro histórico y unas 90 alquerías diseminadas por la huerta. Las fichas de protección parten del desconocimiento total ya que solo se están protegiendo aquellos elementos que se ven desde la calle, es decir, las fachadas. Si bien es verdad que estamos hablando de una protección parcial, consideramos que el equipo redactor debería haber contactado con todos los propietarios afectados para conocer el interior y la estructura de los edificios, conociendo así su estado de conservación. Además, resulta arbitraria la tipología de vivienda de labrador o de jornalero y el hecho de proteger en unos casos, pero no en otras edificaciones con valor y antigüedad similares.

Con el paso del tiempo, el abandono de estas viviendas por parte de sus vecinos y vecinas implicará un deterioro que llevará a la zona a ser un elemento más de especulación, y por lo tanto a un proceso de gentrificación de efectos muy negativos para la vida de la población alborayense tal y como la conocemos actualmente. Todo esto sin hablar de otro tipo de problemática como pueden ser derrumbes y plagas de ratas o termitas.

Otro punto llamativo es que se propone el vaciado de las manzanas a través de la limitación de profundidad edificable entre 14 y 16 metros, para suplir la falta de zonas verdes reflejadas en el anterior plan general y edificadas a día de hoy (Auditorio Municipal). Las actuales manzanas compactas propias de los núcleos históricos se convierten así en manzanas propias de las zonas de ensanche.

¿Sería más beneficioso para la conservación una normativa más flexible, por supuesto regulada, para los vecinos de la zona? La rehabilitación, en la mayoría de los casos es gravosa, y por lo tanto, el Ayuntamiento deberá prever el acompañamiento de una ordenanza que en el caso de que esta superara el 50% de valor de la edificación, las arcas municipales deberán contribuir a su recuperación, así como dar exenciones fiscales.

En cambio, con este Plan General Estructural no sólo no se contempla este aspecto si no que prevé la construcción de 3000 viviendas nuevas con la excusa de regular para los próximos 25 años el crecimiento de la población y la ocupación del territorio (a pesar de que el crecimiento vegetativo de la población es negativo). Con la excusa de la necesidad de construir dos colegios y un instituto nuevos, aprovechan todo el terreno de huerta posible para la edificación de estas viviendas en las proximidades del núcleo histórico, Port Saplaya y Patacona (zonas ya de por sí densificadas).

Evidentemente, no están queriendo ver que este aumento de población requerirá nuevas dotaciones y equipamientos entrando en un bucle de construcción. Sólo el afán recaudatorio de este plan justificaría este tipo de crecimiento, sobre todo si tenemos en cuenta las deudas históricas de la población.

Pese a la importancia que tiene para una población la redacción de un Plan General Urbanístico, nos encontramos ante la negativa del equipo de gobierno de hacer un plan de participación ciudadana real y previo, y no un proceso informativo y de presentación de alegaciones con lo que pretenden dar por satisfecho este proceso. Tal es el afán de conseguir la aprobación del plan que, después de votar una moción institucional que contemplaba la prórroga de la exposición pública hasta existir un plan de participación ciudadana, días más tarde y por decreto de alcaldía anulan la moción.

Las generaciones venideras nos llamarán descerebrados si este plan sigue adelante. Habrá que meditarlo un poco más.

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