Son aparentemente gemelos e incluso alguien podría pensar que el Castell de Albalat dels Sorells, en l'Horta Nord, es el hermano pequeño del Castell de Alaquàs, en l'Horta Sud, atendiendo a su tamaño (el segundo tiene una planta de 40 por 40 metros y el segundo de 20 por 20). Sin embargo, el palacio del primer municipio es unos 200 años más antiguo, si bien no fue construido con la apariencia que tiene ahora, fruto de una restauración impropia de los años 70.
Así lo explicó el arquitecto experto en patrimonio Vicent García, en una visita guiada en la que participaron residentes de ambos municipios, organizada por el colectivo Alaquàs Debat. El objetivo era conocer los posibles vínculos existentes entre los palacios o los linajes señoriales.
García indicó que el edificio primitivo de Albalat se construyó entre 1330 y 1350, probablemente por antepasados de Ausiàs March, y fue a finales del siglo XV cuando se compró por parte del Sorells, que realizaron una importante reforma. Con todo, en origen ya era un palacio de planta cuadrada con cuatro torres cantoneras (como se edificó el de Alaquàs casi dos siglos después) aunque sin las almenas que ahora tiene y que se falsearon en la reforma de los años 70 del pasado siglo, en un proyecto ejecutado y financiado por la Diputació de València.
De esa actuación impropia en la que fue «una especie de tuneado a lo Walt Disney» también datan las ventanas imitación del estilo gótico perfectamente alineadas en la fachada. No obstante, más allá de estos detalles, García defendió que en el interior perviven elementos de alto valor como el patio, con una pequeña galería superior, el gran arco escarzano, las diferentes «alfargies» de madera de algunos techos o los azulejos que quedan.
En la visita se explicó una de las reformas acometidas por los Sorell en la que se excavó hacia abajo para habilitar un entresuelo que hiciera de despacho de negocios, separado de la casa. Entre las curiosidades, en el palacio de Albalat se cayó la torre nordeste, como también sufrió un gran deterioro la de la misma posición de Alaquàs, que se demolió parcialmente a principios del siglo XX aunque se reconstruyó en 2007. Y en Albalat, en el salón de plenos se conservan los ganchos de hierro que sujetaban los tapices.
Por su parte, el alcalde Nicolau Claramunt explicó algunas de las intervenciones con los 100.000 euros que les concedió la Generalitat Valenciana. Y para finalizar la visita, tras un almuerzo tradicional a base de 'pimentó amb tonyina', el mandatario de Compromís explicó con detalle el proyecto de municipio sostenible que ha iniciado este consistorio, con el objetivo de llegar a las cero emisiones. Consumo energético, gestión del agua y campañas de sensibilización fueron los asuntos que se debatieron con él.
