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Una vida entre caballos

Una amazona de Puçol que comenzó a competir a los 12 años encadena diversos triunfos en las pruebas de doma clásica autonómicas

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Amazona Marta Esteve, de Puçol

Marta Esteve no recuerda el primer día que montó a caballo. Desde bien pequeña, esta amazona de 26 años tuvo que aprender a compaginar su vida personal y académica con la gran pasión que fue forjando día a día y que todavía mantiene: la equitación. Pero no porque alguien se lo impusiera, sino porque con estos animales encontró desde el principio un lugar donde pasar largos ratos, montar y «desconectar, sentarme a verlos y compartir tardes de descanso disfrutando de su compañía, sin necesidad de entrenar».

Es cierto que nacer en el seno de una familia dedicada a esta profesión le indujo a adentrarse en ella: «Empecé por mi padre, que siempre ha estado en el mundillo... Es quien me ha creado esta vinculación con los caballos», explica Esteve. Así, aunque a lo largo de los años ha establecido relación con otros profesionales que ha ido conociendo en diferentes competiciones, nunca ha recibido clases de ningún entrenador.«Es un poco todo entre los consejos de mi padre, vídeos que pueda encontrar en Internet y la práctica del día a día», explica.

Y no le ha ido mal. Desde que comenzó a competir hasta la actualidad ha obtenido múltiples reconocimientos, como cuatro medallas de bronce a nivel autonómico en la categoría de Doma Clásica (2005, 2012, 2015 y 2019); dos de plata, en Doma Clásica y en Enganches (en 2014) y en 2013 se proclamó campeona de la Copa de la Federación Hípica de la Comunitat Valenciana en Doma Clásica. Asimismo, Marta ha sido seleccionada por el equipo de la Universidad de Valencia para competir en tres ediciones del Campeonato de España Universitario (2013, 2015 y 2016), también en la disciplina de Doma Clásica, quedando siempre entre los ocho primeros puestos. Marta Esteve no es la única en la comarca que destaca en esta modalidad ya que al inicio de 2019 era la burjassotense Roser Serrano la que lograba éxitos.

Estudiar, trabajar y entrenar

Compaginar esta afición con los estudios, la vida personal y el trabajo no siempre ha sido fácil. Desde que comenzó a competir, a los 12 años, su rutina ha consistido en estudiar por la mañana y pasar las tardes en la hípica. Y cuando llegó el momento de escoger sus estudios no dudó en optar por una carrera que en el futuro le permitiera «mezclar las dos cosas». Así, ha finalizado recientemente el Grado en Derecho con especialización en deportivo. Ahora, mientras estudia oposiciones, trabaja en la Administración Local ybcontinúa pasando largas tardes en su hípica. «En mi tiempo libre me gusta charlar y hacer planes con mis amigos y familia, además de practicar otros deportes. Pero me cuesta pasar un día sin visitar a mis caballos», comenta.

Allí, la rutina es siempre la misma: Los prepara para poder sacarlos, lo que implica cepillarlos, ponerles la silla, la cabezada, protectores en las piernas, ... «Me monto y hago el entrenamiento que haya planificado», añade. Depende un poco de la meteorología, pero lo habitual es hacer todo esto y, después, ducharlo, volver a cepillarlo «Todo, más el cariño que le puedas dar», narra. Y es que el entrenamiento no siempre consiste en montar: «También es importante salir a correr de otras formas o, incluso, dejarlos sueltos en prados grandes para que se diviertan. Ellos, como las personas, también necesitan desconectar muchas veces», valora.

De Tornado a Campione

Recientemente han jubilado a Tornado, a sus 26 años, el caballo con el que Marta Esteve ha competido desde los 12 y con el que siente una vinculación especial que cree que no volverá a tener con otro. «Son muchos años viéndonos todos los días; para mí es como si fuese un miembro más de la familia», expresa. Aunque muchas personas creen que los animales no tienen sentimientos como los humanos, Marta defiende que «no es así» porque «Tornado es muy celoso». «Si me ve acariciar a otro caballo, se gira, se va y no me deja tocarlo durante un rato, aunque insistiendo un poco, acaba perdonándome», bromea.

Si bien este caballo era bastante tranquilo, Campione no se lo pone tan fácil. «Al ser más joven, es nervioso, mirón? Tiene más chispa», valora. De hecho, en una de las últimas competiciones se agobió dentro del box «y acabó reventando el pestillo. Tuvimos que llamar a mantenimiento para que arreglaran la puerta... No llegó a escaparse por suerte», cuenta.

A pesar de los contratiempos, competir le encanta. «De pequeña eres bastante inocente pero, poco a poco, te vas dando cuenta de dónde estás y llegó una temporada en la que me ponía muy nerviosa. Tuve que aprender a controlar los nervios y no transmitírselos al caballo, que lo siente todo», explica. Ahora puede realizar el ejercicio de modo más técnico y disfrutar más de la competición, «lo que garantiza mejores resultados». La amazona asegura que es incluso más satisfactorio conseguir premios con un caballo «que has domado tú misma».

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