Las obras de tres de las calles más transitadas de Albal, Sant Blai-Santa Anna y Sant Antoni, que el Ayuntamiento iniciará en unos días, contemplan como principal objetivo la reordenación del tráfico. Por ello, una de las principales decisiones ha sido la de reubicar el mercado ambulante de los lunes.

Los trabajos se alargarán hasta junio y hacen necesario el cierre de las calles donde se ubican los mercaderes. Esto, unido a que los comerciantes llevan tiempo planteando al consistorio el cambio de localización de sus paradas a otra zona del pueblo, ha llevado a tomar esta decisión que será efectiva a partir del lunes 10 de febrero.

El mercadillo se celebrará en torno a las plazas del Jardí, de l'Esglèsia y de la Constitució. Así se decidió en la reunión de trabajo celebrada ayer en el Ayuntamiento presidida por los ediles de Comercio y Seguridad Ciudadana, José Arias y Ramón Tarazona, junto al intendente de la Policía, Manolo Ocaña y técnicos municipales.

La reurbanización de las calles comenzará en unos días y también obliga al cambio de sentido de la calle Eixample y la supresión de la parada de autobús de la calle Santa Anna, cuya línea se desviará desde la calle Hernández Lázaro, hasta la Plaça del Jardí, por la calle Mestre Serrano

Albal destinará a este proyecto más de 750.000 euros, tras la ejecución de las obras, estas calles no solo ganan en accesibilidad, luminosidad e imagen sino que verán disminuido su tráfico considerablemente, lo que redundará en la calidad de vida de sus vecinos y vecinas.

La calle Santa Anna-Sant Blai, por su antigüedad, es una vía de baja calidad urbana y con aceras excesivamente estrechas que necesitan de su ampliación para garantizar la seguridad y la accesibilidad de los viandantes. La vía pasará a ser de sentido único y su nuevo pavimento reducirá la sonoridad al paso de los vehículos. Se instalará arbolado y todo el material urbano que sea necesario: papeleras y bancos, entre otros elementos. Se va a renovar la red de agua potable y eliminar la barrera de contenedores que hay actualmente frente al Mercado Municipal que resta visibilidad a uno de los edificios más singulares del pueblo.

Y es que en esta calle se encuentran elementos arquitectónicos de importante valor como el antiguo Ayuntamiento, el Mercat Municipal y la Casa del Padre Carlos Ferris que, de aprobarse en la sesión plenaria extraordinaria de este diciembre, antes de que finalice el año se oficializará su compra ante notario.

Los trabajos ya han comenzado en la calle Sant Antoni. La modernización contempla la mejora de la accesibilidad, de la red de saneamiento y pluvial por lo que la actuación se centra ahora en la instalación de un colector que conectará esta vía desde la calle Paiporta.Es una vía dimensiones muy estrechas, con aceras que en la actualidad miden medio metro en algunos tramos y que ahora van a ser ampliadas para la seguridad vecinal que, en su mayoría, es longeva. Además, recibe el tráfico de una de las arterías más transitadas del pueblo, la calle Blasco Ibáñez, en este sentido, el Ingeniero municipal, Óscar González, ha anunciado que para disminuir la circulación se va a cambiar el sentido de la calle que pasará de ser de salida a ser de entrada y que éste se limitará al paso solo de los residentes.

Mejorar la movilidad peatonal y ciclista de todo el casco urbano ha sido una máxima del ejecutivo local que preside Ramón Marí que, hace unos años ha puesto especial énfasis en el casco antiguo. Estas políticas han sido reconocidas por la Generalitat Valenciana que hace pocos meses ha distinguido al consistorio con el Primer Premio de movilidad por el proyecto de semipeatonalización de las calles situadas en el entorno a la Torre árabe.