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Patrimonio

La reforma de la Torre de Espioca saca a la luz un foso interior de cuatro metros

Culmina la obra que ha supuesto la consolidación del monumento y la construcción de una escalera interna permeable de metal

La reforma de la Torre de Espioca saca a la luz un foso interior de cuatro metros

A falta de algunos retoques que se realizarán en los próximos días, la obra de restauración de la Torre de Espioca, en Picassent, ha finalizado. La intervención salvará al monumento del derrumbe, dado el estado de grave deterioro en el que se encontraba cuando se actuó, y lo preservará para el futuro. La actuación ha estado financiada por la Conselleria de Cultura, a través de la dirección general de Patrimonio, después de que el Ayuntamiento de Picassent consiguiera firmar un convenio con las distintas familias propietarias para que cedieran la torre al municipio por 50 años.

La rehabilitación ha servido, entre otras cosas, para comprobar una hipótesis que, en los estudios previos, la empresa que elaboró el proyecto (El Fabricante de Esferas) planteó: la posible existencia de un foso interior. En las excavaciones que se han tenido que realizar, de forma paralela a la consolidación del monumento, se ha hallado un foso de entre 3,5 y 4 metros de profundidad. Según la arquitecta Amparo Sebastián, «puede que cuando se concibió la Torre ya estuviera pensada para tener un foso o puede que el nivel de la tierra haya ido subiendo, o también caben ambas posibilidades». La experta reconoce que fue «muy emocionante» comprobar que estaban en lo cierto y localizar «los muros de tapia intactos» en el subsuelo. Para conocer con más detalle cuál de las posibilidades es la correcta sería necesario emprender una segunda campaña de excavaciones, que quedará para otro momento posterior.

También en las prospecciones se han hallado restos de algunos muros en el entorno de le Torre que podrían pertenecer a la alquería de Espioca, que está documentado que existió, o también ser posteriores. La incógnita también tendrá que resolverse en estudios posteriores «en los que debería excavarse no en un entorno tan inmediato sino en un radio más amplio», opina Sebastián.

Una actuación de gran calado

Tras una primera fase en la que se actuó para evitar que el muro continuara abriéndose, en los meses anteriores, los trabajos de las últimas semanas se han centrado completar cada uno de los forjados «evocando los antiguos que seguramente serían de madera» y también en la reconstrucción de la escalera interior que había desaparecido y que ejercía de elementos de unión interno. Para ello, se ha instalado una nueva escalera metálica de arriba abajo que es permeable ya que deja pasar la luz. Otros de los trabajos que se han realizado se refieren a la instalación de todo el sistema eléctrico que iluminará por dentro y por fuera la Torre, que cuenta con placas solares.

En los próximos días, la empresa adjudicataria de las obras tendrá que dar los últimos retoques como «acabar alguna pátina o rematar alguna instalación metálica» y toda la obra pasará por la última supervisión técnica del Ayuntamiento de Picassent y de la Conselleria de Cultura. En realidad, hemos estado en contacto todo el tiempo y hemos tenido inspecciones prácticamente quincenales que han ayudado mucho a tomar decisiones durante la ejecución de la obra», valora Amparo Sebastián.

La finalización de la obra de restauración en Espioca supone cumplir también una aspiración colectiva de la población, que había sido expresada por colectivos locales y defendida por el ayuntamiento. La alcaldesa de Picassent, Conxa García, ha recordado, durante todo este tiempo, que la Torre de Espioca es una de las principales señas de identidad de la población (y de l'Horta Sud) y su obtención y restauración enlaza con otros procesos de recuperación patrimonial que ha llevado a cabo el ayuntamiento.

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