El Ayuntamiento de Picanya tiene ahora sobre la mesa un reto, el de volver a representar la zarzuela «Un casament en Picaña», escrita en valenciano en 1859, y la primera documentada hasta la fecha del dominio lingüístico catalán, tal y como han sacado a la luz la Tertúlia la Lluna y el Centre d'Estudis Locals (CEL) como publicó en exclusiva Levante-EMV.

El autor de la investigación que ha situado esta composición popular en el punto de mira es el filólogo y músico Hilari García Gázquez, que este jueves po la noche ofreció una conferencia en Picanya, organizada por ambos colectivos. Ante medio centenar de personas, García defendió que tanto la zarzuela como el sainete, en ocasiones denostados por ciertos sectores culturales, «eran la comunicación de masas y el Netflix de la época, seguidos por miles de personas» y contribuyeron, en gran medida, a que haya pervivido el valenciano. Asimismo, el experto insistió en que el «estilo castizo» que ha quedado como referente de la zarzuela no fue el único sino que las hubo desde mediados del siglo XIX y los años 20 del siglo XX también en la lengua propia en València y Cataluña, de forma paralela a otras manifestaciones musicales populares de toda Europa.

Tanto en la intervención inicial del director de la tertulia, el intelectual Alfred Ramos, como en las preguntas del público, se expresó la petición al ayuntamiento de que la zarzuela vuelva a representarse íntegramente en el futuro próximo, dado que el alcalde, Josep Almenar, estaba entre el público. Con posterioridad, el alcalde manifestó su intención de atender esta petición con la colaboración de las personas que actualmente se han implicado.

La conferencia estuvo acompañada de la interpretación de diversos fragmentos, con Antonio Galera al piano, la soprano Consuelo Huesa en el papel de Toneta y el tenor Carlos García Atienda, en el papel de Tonet. Hilari García aseguró tener "los pelos de punta" al escuchar las notas ya que probablemente estaban sonando después de 100 años sin escucharse, y lamentó que otras tantas zarzuelas valencianas se hayan perdido ya que, si bien existen los libretos, han desaparecido las partituras musicales.