Al ritmo de alegres charangas y esmerada escenografía, Burjassot vivió el pasado sábado por la tarde su tradicional Cabalgata del Humor. Un año más las 13 comisiones falleras del municipio vertieron buenas dosis de ingenio y gracia para abordar los más diversos temas de actualidad en un multitudinario desfile de máscaras y disfraces en el que -cantado estaba- se coló "el coronavirus". Y lo hizo de la mano de Fermín Galán; pero "sin causar alarma", si acaso "risa frente a la psicosis" que el "animalet" -conocido como SARS-CoV-2 en la comunidad científica- pudiera generar entre los contribuyentes, como explicaron desde la comparsa de la falla. El mensaje fallero se mostraba claro: "calma".

Otros asuntos que las comisiones pusieron sobre la palestra fueron la contaminación del mar, con tanto "plástico", y la falta de políticas para hacer un planeta más sostenible, la vuelta a los años 20 del siglo XX -las mafias- en pleno siglo XXI y las molestias que traen las "discotecas ambulantes" que algunos conductores instalan en sus vehículos. Dentro del ámbito local, desde la comisión del barrio del Empalme, con un montaje inspirado en la célebre novela de Lewis Carroll, se preguntaron si Burjassot vive en el País de las Maravillas. Incluso no faltaron pullas dirigidas a la "ley seca" que las propias fallas se impusieron durante el recorrido de la cabalgata.

El desfile, organizado por la Agrupació de Falles con la colaboración del ayuntamiento, tuvo su salida y meta en la plaza del pueblo, donde las autoridades municipales y los representantes falleros recibieron a los protagonistas. Delante de la casa consistorial, las comparsas falleras terminaron de escenificar sus cuadros de humor. Después, ya entrada la noche, la fiesta se trasladó a las inmediaciones del Polideportivo Municipal, donde la Orquesta Valencia ofreció una verbena.