El impacto de la crisis económica que llevará aparejada la situación excepcional que vive en Estado español no solo afectará a comercios y empresas. La Fundació Horta Sud (FHS), que trabaja para fomentar el empoderamiento y la formación del movimiento ciudadano, ha alertado de la pérdida de puestos de trabajo en entidades y colectivos que dependen de la sociedad civil, por lo que reclama «sensibilidad» a las administraciones públicas.

La organización ha exigido que «se mantengan todos los convenios, subvenciones y contratos» que ya existen con escuelas de música, clubes deportivos de todo tipo y entidades de acción social, además de que «se publique una convocatoria de ayudas en la contratación de personal para reforzar las estructuras de las asociaciones» y otra diferente para ayudar «a la transformación digital de las entidades y la adquisición de nuevos equipos informáticos». La FHS recuerda que este último es un punto débil presente en muchas asociaciones, «si bien la administración pública todavía no lo está teniendo en cuenta».

La Fundació basa sus peticiones en el estudio que realizó y publicó sobre el movimiento asociativo de la comarca, que puso de manifiesto que «el tercer sector es una pieza clave en la vida de los municipios, con miles de actividades organizadas por las asociaciones festivas, deportivas, educativas, musicales, de ocio y tiempo libre o mayores».

La organización recuerda que las actividades puntuales que realizan anualmente las asociaciones de la comarca son más de 16.000, unas 800 por municipio, con una media de participantes de 106 personas. Y el número de actividades periódicas semanalmente en l'Horta es de 18.603, más de 900 periódicas por municipio, con una media de participantes de 25 personas. Por tanto, «el movimiento asociativo gestiona y dinamiza gran parte de la actividad sociocultural de los municipios» ya que «organiza las actividades extraescolares, sociales, deportivas, culturales, educativas, musicales o juveniles, y todas ellas han sido canceladas». La FHS incide en que esta aportación «no se puede hacer mediante el teletrabajo» ya que «la interacción directa con las personas y los beneficiarios es una de las características distintivas del tejido asociativo». Por ello, la Fundació defiende que «el impacto social y psicológico» de esta crisis «es incalculable» porque se refiere a «las relaciones, las redes afectivas, los cuidados entre las personas, la atención a los colectivos más vulnerables, la autoestima, las fiestas, el sentimiento de pertenencia a un grupo social y, otras muchas dimensiones».

Y en el terreno económico, la cancelación de actividades y, con ello, la pérdida de ingresos, puede afectar a los puestos de trabajo. Según el estudio de la FHS, en l'Horta Sud las asociaciones generan más de 3.000 puestos de trabajo directo, de los cuales el 85% son a tiempo parcial (profesorado de talleres, de clases de música, entrenadoras y entrenadores deportivos, etc.), y un 15% de los puestos son a tiempo completo (más de 400 personas). A estos datos habría que añadir los puestos indirectos de empresas de espectáculos, floristerías, restauración u otras que prestan servicios contratados por las asociaciones.

La Fundació avanza de que las asociaciones y entidades no lucrativas no podrán mantener la mayoría de estos puestos de trabajo por lo que tendrán que afrontar ERES o ERTES. De ahí que reclamen atención de la administración y animen al movimiento asociativo a «hacer un esfuerzo» para adecuarse a la nueva situación y desarrollar fórmulas innovadoras» que les ayuden a mantener su actividad.