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El vestigio templario de Alboraia

Dos investigadores descubren nuevos documentos sobre la ermita de Santa Bàrbara que la sitúan en los siglos XIII y XIV

El vestigio templario de Alboraia

Situada entre las casas, en la partida de Saboya de Alboraia, cerca de la costa, y envuelta en cables de la luz y farolas, se alza la ermita de Santa Bárbara, un pequelo templo con fachada de color azul. Si hasta la fecha poco se sabía de sus inicios más allá del siglo XVIII, los investigadores locales Victor R. Panach Rosat y Lia Sáez Panach, que están realizando un trabajo sobre las ermitas de la población, han lanzado la hipótesis su origen templario. En concreto, ambos defienden que formaba parte del eje religioso entre la iglesia de San Juan del Hospital, en la ciudad de València, y el monasterio del Puig, que custodia la imagen de la que era la patrona del Reino de València. La ermita, por tanto, pudo estar construida entre finales del siglo XIII y principios del XIV, como se indica en el trabajo y «pudo ser la última construcción templaria en tierras valencianas».

Para apoyar esta hipótesis, ambos investigadores retroceden al momento de la Conquista de València, en 1238, por el rey Jaume I «que llegó acompañado por dos Órdenes Militares, la del Temple y la Hospitalaria». La actual población de Alboraia quedó bajo la jurisdicción de los Fueros de Aragón y su propietario fue el obispo de Huesca, Vidal de Canellas, primo de Jaume I y quien erigió la iglesia de Alboraia en 1240, dedicándola a la Asunción de la Virgen.

Una vez falleció, la propiedad de Alboraia y Almàssera fue a parar a la familia De la Volta, «una antigua y rica familia de origen genovés» que había ayudado al rey en la Conquista. Los investigadores sospechan que el lijane pertenecía al Temple, ya que estableció en la iglesia el primer beneficio o altar dedicado a San Miguel, arcángel de referencia para esa orden.

«Unos años más tarde, en 1270, llega a València la emperatriz Constanza Hohenstaufen de Grecia4, de origen siciliano», relata el trabajo, que fue la que introdujo la devoción a Santa Bárbara en tierras valencianas ya que trajo consigo dos reliquias, de las que una fue a parar a San Juan del Hospital. «Hemos de suponer que esto fue el detonante para que la familia De la Volta dedicara la primera ermita de Alboraia a Santa Bárbara, aunque no el único motivo», indican Victor R. Panach Rosat y Lia Sáez Panach. «Su situación intermedia entre la iglesia de San Juan del Hospital, donde se encontraba la capilla de Santa Bárbara, y el Monasterio del Puig, donde estaba la imagen de la Virgen del Puig, patrona (...) del Reino de València, nos sugiere la hipótesis de que la ermita de Santa Bárbara de Alboraia, a tan solo 6'5 kilómetros de València, era un lugar de refugio y descanso de peregrinaje, custodiado por Caballeros Templarios asentados en València como la familia De la Volta», concluyen.

Además, han hallado un documento de la Real Cancilleria Corona de Aragón en la que Albert de la Volta, Justicia de València, denuncia la invasion de su hospicio por habitantes de Alboraia. «El unico hospicio que podría haber en Alboraia es la ermita de Santa Barbara como lugar de paso en una peregrinacion», valoran.

Respecto al edificio, ambos explican que su orientación, entrada noreste hacia el suroeste, «es típica de las construcciones templarias y coincide con la del Monasterio del Puig». Así mismo, «se encuentra mirando hacia València, como buscando la capilla de Santa Bárbara de San Juan del Hospital». El inmueble es rectangular, con tejado a doble vertiente. «Su espadaña de un hueco, con campana, se alza sobre el vértice de la fachada posterior, a la que está adosado el cuerpo de la sacristía, de menor altura y a una sola vertiente», describe el trabajo. La fachada principal acaba en frontón triangular con hornacina conteniendo la imagen policromada de la santa.

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