El juzgado de primera instancia e instrucción número 6 de Ciudad Real ha condenado con una multa de 150 euros a una mujer que encontró una pulsera de bautismo de oro en una calle de Alaquàs y la vendió en una joyería de Ciudad Real. La joya fue localizada hace meses por la Policía Nacional de Ciudad Real, dentro de los controles rutinarios que sus unidades especializadas realizan en los establecimientos de compra venta de oro.

Los hechos se remontan al pasado verano cuando una familia de Alaquàs salió a pasear y la pequeña de tres años llevaba puesta la esclava de su tía, una joya de bautismo de hacía 47 años. La niña la perdió en la avenida del País Valencià de esta población de l'Horta Sud. La pulsera llevaba grabados el nombre de su propietaria, por una cara, y la fecha de nacimiento, por la otra.

La mujer que ha sido condenada por un delito leve de apropiación indebida declaró en el juicio que la encontró junto a un contenedor, con otros objetos, y pensó que la habían tirado, por lo que no la entregó en la Policía Local sino que se la quedó y posteriormente la vendió a un establecimiento de Ciudad Real por 41 euros, en función de su peso.

La sentencia que «hay que distinguir entre una cosa perdida y otra abandonada» a la hora de ser considerada una apropiación indebida y, en este caso, se da el primer supuesto. Por ello y tras celebrarse el juicio por videoconferencia hace meses, el juzgado resuelve que la autora ha de pagar una multa de cinco euros durante 30 días, por lo que resulta una sanción de 150 euros.