La autorización de un chiringuito en la playa de Puçol, por parte del ayuntamiento, cuya infraestructura se está instalando durante esta semana, ha provocado las quejas de residentes de la zona más cercana. Este colectivo considera que la ubicación de este espacio lúdico, que tiene una estructura prefabricada, «donde la gente podrá ir a tomar copas y estará sin mascarilla», estará demasiado próxima a las pasarelas de entrada y salida a la playa, hasta el punto de que no se guardarán las distancias de seguridad.

Una de las residentes ha explicado a este diario que el consistorio ha establecido una pasarela para la entrada a la playa y otra para la salida, pero el chiringuito queda justo en medio y tendrá una superficie de 60 metros cuadrados. «De esta forma, cuando entremos o salgamos las familias con nuestros hijos quedaremos a menos de un metro de aquellos que hayan idon a tomar algo y que no llevarán mascarilla, con el riesgo que ello supone», explica.

El grupo de residentes que se opone a este negocio argumenta que debería haberse buscado una ubicación más alejada del paso, especialmente este año en el que hay que extremar las medidas sanitarias. Y además, el colectivo no entiende la razón de esta autorización «que nunca antes se había producido». «En el ayuntamiento nos dicen que no se puede hacer nada porque ya está aprobado por el pleno», explican.

Más allá de las reticendias que genera el local por cuestionas sanitarias relacionadas con la Covid-19, los residentes que se oponen se quejan de las molestias por ruido que generará a las viviendas cercanas y también de que no es la actividad más adecuada en una zona de playa familiar. «No quiero que mis hijos vean a gente bebiendo a diferentes horas del dñia», indica otra de las personas afectadas.