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Patrimonio

La Dansa dels Porrots resiste a la Covid

El baile milenario, solo suspendido en 1978, se adapta a la nueva normalidad con una única actuación en el colegio el Patí

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Dansa dels Porrots de Silla

La pandemia de Coronavirus tampoco ha podido con una danza como es la Dansa dels Porrots de Silla, en trámites de declararse Bien de Interés Cultural (BIC): Ayer, 6 de agosto, era la jornada grande de las fiestas, el Día del Crist, el momento más esperado por los numerosos «dansaires» que, durante todo el año, se prepararan para bailar ante todo el pueblo y seguir la tradición que hace más de dos siglos.

Solo una vez no se bailó la Dansa, y fue en 1978, en los últimos meses de mandato del último alcalde franquista, quien no quiso pagar el sueldo que pedían los 'porrots 'de ese año, ni tampoco ofrecerles el pase que les permitía ver los festejos taurinos. Como venganza, los ocho que aquel año bailaban la Dansa dels Porrots fueron con escobas delante del ayuntamiento mientras que otros a su alrededor tarareaban la música. Fue la única vez que no hubo Dansa dels Porrots, incluso durante la guerra civil se hacía en lugares privados o incluso las mujeres la interpretaban, ya que la mayoría de hombres estaba luchando.

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Dansa dels Porrots de Silla

Este año, como todas las manifestaciones culturales, la Dansa dels Porrots también se ha tenido que adaptar a la nueva normalidad. De esta forma, las 60 actuaciones que se realizaban por diferentes puntos de la localidad hasta llegar a la Plaça del Poble se han limitado a una única actuación en el patio del colegio el Patí.

50 años del gran maestro

Solo 500 fueron los afortunados y pudieron presenciar la Dansa dels Porrots en este formato único que, como en cualquier otro espectáculo, se realizó cumpliendo la limitación de aforo y el estricto protocolo de seguridad. Aprovechando el descanso de la actuación de la Banda Sinfónica de la Lírica de Silla, salieron al gran escenario situado para la ocasión, dos primeros grupos formados por hombres, después el tradicional grupo de ocho hombres de unos 35 años y, por último, dos grupos de mujeres. Todos ellos previamente habían desinfectado sus bastones, brazos y piernas ya que este baile es de contacto físico e iban ataviados con mascarilla, «que les impedía mostrar cómo se gesticula en diferentes momentos del baile, antes del bote, algo que también forma parte de esta batalla milenaria», explica Abelard Hernández, el gran maestro, que este año cumplía su 50 aniversario como 'porrot'. «No era el aniversario que había esperado, pero estoy recibiendo muchísimas muestras de cariño que me devuelven la ilusión», confiesa.

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