Con 46 años recien cumplidos, Álvaro Montañés Fontestad se convirtió, prácticamente de la noche a la mañana, en alcalde de Massalfassar pese a ser la tercera fuerza más votada en la población. Una moción de censura firmada por el Partido Popular, Ciudadamos y Demòcrates Valencians (partido liderado por el exalcalde de Compromís Carles Fontestad, tras los problemas con su sucesor Joan Morant) echó del gobierno a Compromís, que estaba en minoría con cuatro concejales.
Montañés tiene por delante un duro reto, ser el cabeza visible del Ayuntamiento de Massalfassar durante un año, tarea que comparte con su trabajo como director de comunicación del Club de Tenis València y como padre de familia de un niño de 4 años.
¿Cómo llegó a política?
La primera vez que fui en listas con el PP fue en 2015. Era el número 6 y no salí porque solo obtuvimos cuatro concejales. Sin embargo, en 2016 la renuncia de mi compañero Jesús González y la de la número a 5 a entrar en el gobierno, me hizo entrar a mi como concejal y además asumir la portavocía del grupo.
Después de un año de gobierno de Compromís, ¿cuál fue el detonante para llevar a cabo una moción de censura?.
El pleno donde se debatieron los presupuestos, allá por el mes de mayo. Al acabar nos juntamos los ediles del resto de partido y quedamos en no tolerar que un gobierno en minoría con solo cuatro concejales nos menosprecie y se burle de nosotros. Lo fácil hubiera sido quedarnos en la oposición criticando y bloqueando las decisiones del gobierno, pero somos responsables y no queríamos dejar que el pueblo siguiera bloqueado.
¿Fue fácil llegar a un acuerdo entre los tres socios de gobierno?
Sí porque, aunque defendamos diferentes siglas, si tu miras los programas electorales de los tres partidos, los proyectos a desarrollar en un pueblo pequeño como Massalfasar son más o menos los mismos, nuestros programas eran coincidentes.
El PP resultó la tercera fuerza política en las pasadas elecciones. Sin embargo se ha pactado la alcaldía con Cs.
Es verdad que fuimos la tercera fuerza más votada pero apenas nos separaban 40 votos y ambas partes vimos conveniente repartirnos la alcaldía. Mis aspiraciones políticas empiezan y acaban en Massalfassar. Repartir la alcaldía no significa que quiera emprender una carrera política. He venido para servir y ayudar a Massalfassar.
Que haya pactado con el exalcalde de Compromís, Carles Fontestad, ha causado cierta polémica.
Es verdad que Carles es mi tío y Compromís va diciendo eso de que «el tío ha fet alcalde al nebot» pero no es así. Carles toma sus propias decisiones y tiene una gran lealtad institucional tras haber sido alcalde de Massalfassar y es lo que le ha llevado a no apoyar más a un gobierno débil con solo cuatro concejales.
¿Qué es lo que va a cambiar con este nuevo gobierno?
Tenemos claro que había otra manera de hacer las cosas. Somos la tercera fuerza política pero he de gobernar para todos porque sé que hay mucha gente que no nos votó. Tengo el ejemplo de lo que no debo hacer, lo que hizo el anterior equipo de gobierno. Tengo claro que esto es un trabajo diario y, sobre todo, tengo que atender a la gente y tender puentes: yo siempre decía en los plenos que estamos para buscar soluciones y no para crear problemas.
Y como alcalde, ¿qué se puede hacer en solo un año?
No tengo ninguna aspiración política de decir «mira esto lo hice yo». Hemos venido por responsabilidad y en un año se puede cambiar la forma de hacer las cosas. La educación y el respeto son fundamentales. Al anterior gobierno les hemos hecho un favor porque se encuentran más cómodos en ese papel de burla desde la oposición. Espero que cuando acabe mi año de alcalde los que me hayan votado se sientan orgullosos y los que no, espero no darles motivos para no seguir votándonos.
¿Cuales son sus próximos objetivos?
El más inmediato, aprobar los presupuestos que llevan prorrogados desde 2016 y hay que desbloquear ya esta situación. Tener la mayoría nos va a permitir tomar decisiones como, por ejemplo, la creación de un espacio para la juventud, cubrir el polideportivo o crear una zona de ocio familiar como un merendero. Pero, como he dicho antes, estamos para servir y ayudar, y también nuestra prioridad es atender las demandas de los vecinos sobre una señal rota en su calle, o una placa que hace ruido cuando pasan los coches.
