Ha concluido el Campamento de Trabajo en Verano que medio centenar de alumnos de la Universidad Politécnica de Madrid ha desarrollado en La Pobla de Farnals con dos parroquias, una rural y la otra turística, que lleva el cura párroco Antonio López, a la vez que investiga (tiene tiempo para todo) y ha sido emotivo.
Los estudiantes (chicos y chicas) están en la Capilla de la Escuela de Ingenieros Industriales, aunque a ellos se han sumado algunos de Derecho. Tenían previsto viajar a Perú con los mismos fines, ayudar donde se pueda, pero la pandemia les desmoronó el proyecto. Antonio López, que está a las caídas y espabilado, se los agenció. Le hicieron el favor de pintarle y arreglarle los locales parroquiales, pero él no se quedó corto. Consiguió el apoyo de bares y restaurantes de su demarcación que, con cariño, se volcaron y les dieron de comer durante los 15 días que han estado trabajando. Además les organizó tres visitas culturales: l'Albufera, la Catedral y la visita al monasterio del Puig. En esta ocasión, el grupo fue acompañado por el presidente la Mancomunidad de l' Horta Nord y alcalde de Albuixech, José Vicente Andreu.
Llevaban un programa de legionarios. Todo muy reglado. Ora et Labora. Oración, rosario, misa (ellos mismos preparaban las liturgias), ... y trabajo. La convivencia ha sido magnífica. Además, los grupos juveniles de la parroquia se integraron con ellos. Un ejemplo de saludad y vitalidad, de dinámica parroquial.
Han concluido con una Misa de Campamento las dos semanas de trabajo, en la sede de la playa, un funcional templo veraniego hecho de manera que puede ir abriéndose o cerrando de acuerdo con la gente que asista.
Cada día han tenido en la parte formativa un conferenciante como el obispo auxiliar Javier Salinas y Nacho Grande, director diocesano de Cáritas. El P. Antonio López me encargó la intervención del último día, una charla al aire libre, campamental, en la que hablé de la importancia de utilizar y saberlo hacer las redes sociales al servicio de la Evangelización. El confinamiento ha impulsado a algunos párrocos a utilizarlas formados aún a la manera tridentina y sin mucha idea de las ciencias sociales y humanas: comunicación, sociología o psicología. Les puse dos ejemplos, una campaña vocacional oficial que giraba en torno a que en el sacerdocio no había paro, que se lanzó hace años, y el hecho de que la televisión de la Iglesia en València se ha pasado todo el confinamiento con películas de vaqueros, mientras que las de las sectas religiosas no han parado de telepredicar.
Hoy todo está en Internet y la Iglesia tiene que estar ahí. El poco aprecio por las nuevas tecnologías por parte del clero y su menos dominio, en parte se debe a que la formación en los seminarios sigue siendo tridentina y la actualización de la formación de los sacerdotes deficiente.
