El personal operario del servicio de recogida de muebles y trastos viejos del Ayuntamiento ha trabajado durante este verano para atender todas las demandas solicitadas durante los meses de julio y agosto donde se han contabilizado más de 300 atenciones.

Tal y como ha explicado la concejala de limpieza, Ester Carbonell, «dada la gran cantidad de solicitudes recibidas en estos meses (más de 300) se ha tenido que ampliar el tiempo la recogida de los materiales solicitados, previo aviso, con el objetivo que no quedara nada en la vía pública», indican.

Este servicio, que funciona dos veces al mes, recoge un máximo de cinco objetos que se tienen que dejar la noche de antes y que no pueden depositarse en los contenedores tradicionales con el objetivo de ayudar a la ciudadanía a deshacerse de ellos y que lleguen al lugar que les corresponde: una planta de tratamiento y valoración de residuos urbanos.

Más de 300 solicitudes de recogida se han atendido desde el mes de julio en este servicio municipal que recoge estos enseres en la puerta de casa