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Polémica

Niegan la venta de churros en el mercado tras 50 años

El pueblo y el comercio se movilizan por un puesto ambulante histórico para evitar que se reubique en las afueras, tras el cambio de normativa

Niegan la venta de churros en el mercado tras 50 años

Ir un miércoles o un sábado al mercado ambulante de Picassent y de paso comerse unos churros comprados en el puesto de «Laza» es una práctica que se ha convertido en tradición tras 50 años en activo. Una tradición que está en peligro después de que la nueva normativa aplicada al mercado ambulante, adaptada a la pandemia, prohiba a este puesto ejercer su actividad en la plaza. El Ayuntamiento de Picassent esgrime que es por la falta de licencia de paradista, algo que reconoce el propio churrero, Narciso Laza, que heredó el puesto de sus padres. «Yo pido la ocupación de vía pública en concepto de quiosco y, por eso, me han dicho que no puedo estar en el mercadillo, que puedo reubicarme en la entrada del pueblo, pero ahí mi puesto no tiene sentido después de tantos años», explica. Tanto Narciso Laza como el ayuntamiento se encuentran en conversaciones para buscar una solución, sobre todo después del gran revuelo que generó la publicación en redes sociales de que no iba a poder vender churros en el mercadillo esta temporada.

Muchos vecinos y vecinas mostraron sus quejas e incluso se ofrecieron para realizar una recogida de firmas. Y también recibió el apoyo de la asociación de comerciantes de Picassent, de la que Narciso Laza es vocal, la cual emitió un comunicado donde daba «todo el apoyo» a este histórico puesto de venta, además de ofrecerse a «realizar todos los trámites necesarios para que continúe desarrollando su labor». «Los propios puestos del mercado y las cafeterías de la plaza me dicen que les interesa que yo esté ahí porque mi puesto de churros es un dinamizador del mercado. La gente baja muchas veces para tomarse unos churros y luego darse una vuelta por el mercado», explica Laza, que los días que no está en Picassent se traslada a Catarroja., «Aunque Picassent es mi pueblo, donde he nacido y donde mis padres levantaron este negocio que yo quiero continuar», recuerda. La alcaldesa de Picassent, Conxa García, afirma que la edila del área ya se ha puesto en contacto con Narciso pero que «es necesario que se inscriba como paradista, ya que la nueva realidad tras la pandemia exige una normativa especifica para los mercados y no se puede presentar la solicitud y querer ponerse a vender al día siguiente».

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