La Fundació Horta Sud ha hecho públicos los resultados del primer estudio realizado en la Comunitat Valenciana para evaluar el impacto de la Covid-19 en el tejido asociativo. El estudio, en el que han participado un total de 50 asociaciones, demuestra que las asociaciones se enfrentan a importantes retos económicos y sociales: bajada de ingresos, reducción de personal, ausencia de fondos de reserva, así como la incertidumbre ante la reapertura de los locales y la realización de actividades.

El tejido asociativo es una pieza clave en la vida de nuestros barrios y municipios, con miles de actividades organizadas por las asociaciones festivas, deportivas, educativas, musicales, de ocio y tiempo libre y de personas mayores, entre otras. A raíz de la pandemia, miles de actividades organizadas por las asociaciones se han visto canceladas y toda la economía relacionada con el tejido asociativo se ha paralizado. Con el objetivo de conocer con datos objetivos el impacto económico y social de la crisis en el movimiento asociativo, la Fundació Horta Sud puso en marcha entre julio y septiembre este estudio en el que han participado 50 asociaciones.

El 65% de las asociaciones prevé una bajada de ingresos a través de las cuotas de socios, de los ingresos por actividades, de las donaciones y de las aportaciones de las empresas. Hay muchas personas que, ante la situación de incertidumbre, ha decidido no renovar la cuota de asociado o no inscribirse a los talleres y actividades que organizan las asociaciones.

Como consecuencia de la bajada de ingresos, casi el 20 % de las asociaciones contempla una reducción del personal que tiene contratado. Según el último Estudio de Evaluación del Impacto del tejido asociativo en l'Horta Sud, en 2018 las asociaciones generaban, solo en la comarca, más de 3.000 puestos de trabajo directos.

El estudio también pone de relieve que el 60% de las entidades no dispone de un fondo de reserva para hacer frente a la crisis. Este indicador está íntimamente relacionado con el carácter finalista de las subvenciones, dado que únicamente se conceden para la realización de proyectos o actividades concretas. Este sistema de subvenciones públicas, que por lo general solo cubre un tercio de los gastos totales de las asociaciones, hace que las entidades no estén en condiciones de contar con un fondo de reserva para hacer frente a situaciones de crisis como la que estamos atravesando.

Las principales preocupaciones y exigencias

El 70% de las asociaciones considera que esta crisis tendrá un grave impacto en el tejido asociativo, de ahí que demanden nuevas fórmulas para afrontarla de manera conjunta entre la sociedad civil y las instituciones públicas.

Una de las principales preocupaciones de las asociaciones reside en cómo adaptar las nuevas medidas de seguridad, tanto en las actividades que organizan como en sus locales. Existe un gran desconcierto porque sigue sin haber instrucciones claras por parte de la Administración respecto a la reapertura de los locales o la realización de actividades. A pesar de ello, en las asociaciones se impone la prudencia y se están retomando poco a poco las actividades con mucho cuidado para garantizar las de medidas de seguridad.

A las asociaciones también les preocupa cómo reconstruir el tejido asociativo una vez que la pandemia haya remitido. En este sentido, del estudio se desprende que el 2% de las asociaciones está planteándose su disolución, fruto de las dificultades que están atravesando y de las previsiones de futuro nada favorables que están barajando. También les preocupa la digitalización y sistematización de los procesos. En esta línea, exigen de las instituciones públicas, ayuntamientos, diputaciones y la propia Generalitat Valenciana, que no se olviden de ellas, que las apoyen, que mantenga las subvenciones y que lancen nuevas convocatorias para garantizar el mantenimiento de las entidades.

Por su parte, a la Fundació Horta Sud le piden que siga ofreciendo cursos de formación gratuitos a las entidades y que mantenga el servicio de asesoría y el acompañamiento telefónico para resolver todas las dudas que surgen en el día a día. En esta línea, las asociaciones también subrayan la importancia de que las personas que están al frente de las mismas estén formadas y al día de las nuevas herramientas y técnicas de gestión para entidades.

Las asociaciones coinciden que la crisis puede ser un buen momento para replantearse la misión y la estrategia del tejido asociativo. Una oportunidad para explorar nuevas fórmulas de unión entre asociaciones. Es en este contexto en el que las fusiones entre asociaciones, así como las federaciones que aglutinan a diferentes entidades, quizás sean las fórmulas más interesantes para aunar fuerzas e iniciar un proceso de innovación y renovación.

Cuando pase la pandemia barrios y municipios necesitarán más que nunca una sociedad organizada alrededor de un tejido asociativo dinámico, vivo y transformador. Las asociaciones mantienen con vida los vínculos comunitarios, fomentan las relaciones interpersonales y son agentes de cambio social. Las asociaciones son, y seguirán siendo, el corazón de la ciudad.