Pepín Damián, el coeter major emèrit de Paterna, ha fallecido este martes, según ha anunciado el alcalde de la localidad Juan Antonio Sagredo. Con motivo del fallecimiento, se ha decretado un día de luto oficial en la ciudad. El alcalde ha calificado a Damián de “un hombre bueno” y el “mejor embajador de nuestra Cordà, la mejor del mundo”. El funeral se celebrará este miércoles a las 11 horas en la parroquia de Sant Pere.

Nacido en 1929 en Paterna, Pepín Damián fue desde su infancia un apasionado de la pólvora y el fuego, a los que dedicó gran parte de su vida, materializando en la Cordà y en los Pasacalles de cohetes de lujo su pasión, su constante innovación, su participación y su amor por todo lo relacionado con el “foc”.

Compositor de la letra del himno de la Cordà “Foc, foc i foc” e impulsor del monumento al tirador que se encuentra en la Plaza Mayor, Pepin Damián entró por primera vez en la Cordà en 1948. Desde entones hasta el día de hoy, no ha dejado de participar, directa o indirectamente, en la organización de los actos del fuego de la Villa.

Durante todo este tiempo, el pueblo de Paterna ha sabido reconocerle esta vida y trayectoria dedicada al mundo de la pólvora. Distinguido con el Coet d’Or y la Insignia de Oro de la Villa de Paterna y condecorado como Ciudadano Ejemplar de la Policía Local y la Policía Nacional de Paterna, en 2015 fue homenajeado por el Ayuntamiento, dedicándole una placa conmemorativa en la calle Mayor, lugar donde se desarrolla la Cordà.  

Con motivo del fallecimiento de Pepín Damián, el alcalde ha decretado un día de luto oficial, por lo que las banderas del Ayuntamiento y de todos los edificios públicos municipales ondearán durante el día de hoy a media asta. Sagredo ha señalado que hoy es un día muy triste para todos los paterneros y paterneras. “Se nos ha ido el síndic i Mestre de Traca, un hombre querido y respetado por todos los que amamos el fuego y que, sin duda, ha sido el mejor embajador de nuestra Cordà”, ha indicado el primer edil.

MAZAZO EN EL MUNDO DE LA FIESTA


El fallecimiento de Pepín Damián cayó como un mazazo en el mundo de la fiesta de Paterna. Vicent Pla, Curro, actual coeter major, reconocía que “todavía no queremos creer que Pepín se ha ido”. El coeter destacaba al fallecido como “una buena persona, un buen amigo y un gran maestro de la gente veterana que participa en la Cordà”. Curro señalaba que Pepín “ha hecho mucho por la fiesta y por la Cordà, más de lo que la gente se cree gastando dinero de su bolsillo por y para la fiestas”.


Toni Monrabal, “El Cotito”, fue quien sucedió a Pepín Damián como coeter major en 2015. “Si Pepín no hubiera existido, no existiría la Cordà”, resume. Para el Cotito, Pepín era el hombre que “en los momentos en los que se dejaron de hacer cordaes en los pueblos, él invirtió tiempo y dinero en impulsar la cultura del fuego en Paterna. Ha vivido por y para la Cordà”. Como anécdota recuerda como con 17 años, “Pepín me dijo que marchara de la calle Mayor porque era menor. Me di la vuelta y regresé y participé. Desde entonces contó siempre conmigo”, relata Toni Monrabal.


Cesar Andreu, presidente de Interpenyes, destaca que el nombre de Pepín Damián, al que califica como maestro, “irá siempre unido a la Cordà y sin él no seríamos lo que somos”. Andreu recuerda el principal consejo que siempre les daba antes de cada tirada. “Hay que participar, disfrutar y divertirse pero lo más importante es la salud y que todos acabéis sanos, nos decía”, según Andreu.


Desde Intercomparsas, su presidenta, María Ángeles Salvador, explica el papel protagonista de Pepín en la fiesta. “Mi tío fue el primer capitán moro de las fiestas hace ahora 40 años y fue el cofundador de la comparsa mora Alhama”, apunta. Salvador reconoce que “hoy es un día muy triste para la fiesta de Paterna”. La dirigente señala que Pepín “siempre fue un apasionado del fuego desde muy joven y se enroló en las clavarías para participar en la Cordà, ya que antes estaban organizadas por los clavarios. Pepín era un enamorado del fuego y de su pueblo y ha sido el mejor embajador en el tema de la pólvora”. Así, recuerda que en la visita que hizo Paterna a Bruselas para defender la Cordà, “ahí estaba Pepín el primero”. A nivel personal, resalta que el coeter major emèrit era “campechano, generoso, espléndido y siempre con la sonrisa en la boca”.