El equipo de psicología de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Quart de Poblet ha mantenido una nueva reunión de coordinación con la Unidad de Salud Mental Infantil de la zona, a través de las cual se establecen los mecanismos necesarios para asegurar que se está realizando una atención integral y personalizada de la infancia y adolescencia de Quart de Poblet.

Desde el Ayuntamiento existe un alto compromiso con la población más joven, plenamente consciente de que este colectivo es más vulnerable y también se ve afectado por el estrés y la ansiedad. Por ello se ha intensificado la labor para mantener estos canales de colaboración presencial y una comunicación telemática continua con las profesionales de la Unidad de Salud Mental Infantil, de forma que se dé rápida respuesta a las situaciones y se establezcan las actuaciones preventivas necesarias.

Una relación que también ha implicado al resto de servicios comunitarios, como la policía o los centros educativos, con el objetivo de obtener así una radiografía rápida de la situación actual y de las necesidades a cubrir, garantizando con ello una mayor efectividad en la intervención.

Este trabajo transversal entre profesionales de diferentes instituciones es uno de los pilares claves en los que se sustenta la labor municipal y que se ha visto intensificado especialmente ante la pandemia que se está atravesando, puesto que las familias han tenido que enfrentar numerosas dificultades a nivel emocional.

Durante los meses en los que se aplicaron medidas de confinamiento estricto, se habilitaron dos teléfonos de atención directa a través de los cuales la ciudadanía de Quart de Poblet pudo recibir soporte emocional inmediato. Se realizaron más de quinientas intervenciones telemáticas, sobre demandas relacionadas con temas de ansiedad, sintomatología depresiva, duelos, soledad y pautas para familias con niños, niñas y adolescentes.

En la actualidad se ha ido normalizando la demanda al servicio, sin embargo todavía se continúan atendiendo casos de ansiedad y duelo que se iniciaron en los meses de confinamiento, así como se ha constatado un incremento de casuísticas relacionadas con las consecuencias socioeconómicas inmediatas derivadas de la pandemia, relacionadas tanto con el miedo a la enfermedad como al descenso de recursos económicos o a la reducción del contacto social.

Además, en todo momento se ha trabajo con las familias con el objetivo de mejorar las dinámicas familiares y del entorno inmediato, favoreciendo así patrones de adaptación funcionales que permitan una mejora en la calidad de vida de las personas.

El apoyo psicológico municipal está resultando fundamental, no solo para favorecer la adaptación a la nueva realidad, sino como medida preventiva para evitar la cronificación de trastornos emocionales y la aparición de patologías mentales.