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Cuando la cosecha se convierte en arte

Los huertos municipales de Manises realizan un concurso de fotografías de bodegones hechos con alimentos sembrados

La cosecha de verano como modelo de fotografías. Las personas adjudicatarios de los huertos municipales de Manises han aprovechado todos los cultivos que dieron sus frutos (y nunca mejor dicho) durante la época estival para elaborar un concurso de fotografía con las frutas y verduras sembradas. La idea es convertir los alimentos en arte para preservar, también, un recuerdo de todo lo que ha crecido durante el verano en los huertos «la cebera» gestionados por el consistorio.

La iniciativa podría definirse como un círculo artístico que empieza y acaba en casa, en Manises, pues el premio a la mejor fotografía es una pintura original en acuarela del histórico ceramista ahora jubilado, Enrique Cases que retrata la actividad agrícola.

«Es una iniciativa con mucha sensibilidad. Se crea comunidad, se ayudan unos a otros...Yo tenía añoranza por esa huerta que conocía cuando era pequeño, aquí había un vergel de maravilla y esto se había perdido y ahora lo empezamos a recuperar», opina el histórico ceramista. Inmediatamente, el también pintor explica su vinculación de toda una vida a la pintura como arte complementario a la cerámica. «Mi amor por la huerta me ha llevado siempre a pintar paisajes de exterior y ahora con la implicación en las parcelas se me ocurrió retratar cómo era el día a día de las personas que sembraban estos campos», dice. Y así ha sido. Ha creado la imagen con la que se galardonan las imágenes de la cosecha.

Las fotografías muestran los alimentos de temporada: berenjenas, tomates, pimientos, calabacines, calabazas e incluso frutas como las fresas. Una composición de colores que representan los cultivos de verano que ahora han llegado a su fin por el cambio de estación. El otoño acaba de aterrizar y los huertos de Manises han cambiado de temporada agrícola. Lo hicieron, oficialmente, el fin de semana pasado, cuando celebraron la asamblea para informar y plantear las dudas que pudieran surgir en el comienzo de esta nueva etapa de cultivos.

Vicenta Blasco, presidenta de la comunidad de personas que cultivan los huertos urbanos, profundiza en la experiencia de plantar «vida» y la define como una iniciativa «bonita y hasta profunda». «Ir al huerto es una ilusión. Sea un tomate, un pimiento o lo que sea, lo ves crecer y te hace ilusión que el alimento que tú has plantado haya salido de la tierra», dice.

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