Una vecina del Barrio del Cristo que se asfixiaba atragantada en su domicilio pudo salvar la vida este martes gracias al auxilio que recibió por parte de una patrulla de la Policía Local de Aldaia que en ese preciso instante realizaba tareas de vigilancia por la zona, y que acudió de forma immediata a la llamada de un familiar. Al llegar al lugar, encontraron a la afectada con solo un hilo de respiración, sin poder expulsar la comida e intentando toser sin éxito. En ese instante, la agente decidió practicarle la maniobra de Heimlich, un procedimiento de primeros auxilios con compresiones abdominales, y segundos después la persona afectada expulsó un trozo de carne que le había sido imposible tragar y le había provocado la asfixia. La rápida intervención de la Policía Local de Aldaia evitó que una simple cena acabara derivando en tragedia. Poco después llegó la ambulancia del SAMU y trasladó a la víctima al Hospital de Manises.

Reconocimiento a los agentes

El alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, acompañado por la concejala de Seguridad Ciudadana, Empar Folgado, quiso realizar un reconocimiento público a los agentes que llevaron a cabo este operativo, y así se lo trasladó al Intendente de la Policía Local del municipio, David Lerma. «En nombre de todos los vecinos de Aldaia te pido que les traslades la más sincera enhorabuena por su profesionalidad, y porque una vez más nuestros agentes han hecho honor a una de las razones de ser del cuerpo de policía: servir a la ciudadanía y proteger a todas las personas que lo necesiten. Su ejemplar actuación ha salvado una vida. Estamos orgullosos de ellos».

Una maniobra que salva vidas

La maniobra de Heimlich que realizó la agente está considerada como la técnica más efectiva para salvar la vida de una persona en caso de asfixia por atragantamiento, pero requiere conocimientos en primeros auxilios. Las compresiones abdominales requieren de un alto grado de celeridad en los casos en los que la persona afectada tiene dificultades severas para respirar, ya que si la falta de oxígeno al cerebro se prolonga durante un periodo de más de cuatro minutos puede producir daños cerebrales e incluso el fallecimiento. A través de estas maniobras se consigue que la víctima pueda toser y la expulsar los elementos que le estén provocando la obstrucción de las vías respiratorias.