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Medio siglo de fallas en Paterna

La Junta Local Fallera edita un libro en el que relata los orígenes de la fiesta y los cambios con los que ha evolucionado

Medio siglo de fallas en Paterna

Medio siglo de fallas en Paterna resumido en poco más de 260 páginas, es el libro que recientemente ha editado la Junta Local Fallera. Una publicación que recoge los inicios de la fiesta, los oficiales y los oficiosos, los primeros monumentos, el nacimiento de la JLF e incluso un anexo relatando el impacto del coronavirus, que obligó a suspender las fiestas josefinas del pasado marzo.

Si bien se tiene constancia de que desde 1943 ya se plantaban monumentos en Paterna, casi dos décadas antes ya se registran los primeros momentos de la fiesta en la ciudad. Tal como relata Diana Talón, en 1927, la revista El Fallero ya cuenta que el editor de la revista, junto con un grupo de vecinos, plantó un pequeño monumento en el entorno de los primeros chalets de la Cañada. Años más tarde, en 1935, el maestro Ramón Ramia animó a los alumnos del Blasco Ibáñez (el actual Cervantes) a levantar una falla escolar.

Primera comisión en 1943

La actual comisión de la Plaza del Pueblo (Plaza del Caudillo por entonces) es la primera que nació en Paterna, en 1943. Fue impulsada, entre otros, por Gerardo Salvador, posterior alcalde, el actor Antonio Ferrandis o Armando Cervellera. En los años venideros verían la luz las comisiones del Barrio del Ensanche (1945), calle Ernesto Ferrando (1947), calle San Antonio (1947), plaza del General Yagüe (1946), La Cañada (1947) y Falla Campamento (1947). De tal forma que en el año 1948, hasta cinco monumentos ocupaban las calles, naciendo la primera Junta Local Fallera, presidida por Gerardo Salvador, ya alcalde, y la primera Reina Fallera de Paterna, figura que recayó sobre Lolita Llácer, de Campamento-Gran Teatro. El mantenedor del acto sería el propio Antonio Ferrandis.

Crisis y desaparición

Pero la crisis de la posguerra provocó la desaparición de todas aquellas comisiones y desde 1956 no se tiene constancia, según el libro de la JLF, de que se plantaran más fallas en Paterna.

Fue a partir de la segunda mitad de los sesenta, coincidiendo con el desarrollo del polígono Fuente del Jarro, cuando la localidad comenzó a ver reactivada su economía. Fruto de la recuperación, nacía en 1969 la Falla Dos de Maig. Comenzaba, ahora sí, un periplo fallero hasta 2019, cuando la fiesta josefina cumplió 50 años, interrumpidos este 2020 por la pandemia del coronavirus. Desde aquel 1969, se han constituido 27 comisiones, aunque algunas han acabado desapareciendo por diferentes motivos, como la falla Ángel del Alcazar, fundadora en 1973 de la actual JLF, formada en sus inicios por Dos de Maig, Campament, El Palau y Ángel del Alcazar, que se extingió ese mismo.

La JLF estableció, por ejemplo, que la Reina de las Fallas se eligiera por sorteo, siendo Lucreia Aguilera, de Dos de Mayo, la primera en el cargo tras la fundación de la Junta. Posteriormente, se decidió que la Fallera Mayor de Paterna fuera por rotación. No fue hasta 1993, cuando se modificó este sistema y fuera un jurado el encargado de la elección de las máxima representantes de la fiesta. En este sentido, en 1986 se proclamó a la primera fallera mayor infantil de la ciudad: Laura Segarra.

Ofrenda desde 1974

En cuanto a la Ofrenda, el acto fue impulsado por la JLF en el ejercicio 73-74, perdurando hasta la actualidad, con sus cambios a lo largo de los años, primero se instaló el catafalco para colocar los ramos dedicados a la Geperudeta en la iglesia de San Pedro, luego en la parroquia de la Virgen de los Desemparados, para desde 2004 instalar la actual estructura en la Plaza del Pueblo.

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