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Hastío en la zona 0 del polígono de Beniparrell

Casi dos meses después de la inundación del Vereda Sud, las empresas se han visto obligadas a tirar de créditos o de patrimonio personal para seguir con actividad ante la lentitud del peritaje de los daños y de la declaración como zona catastrófica

El Bar Berna del polígono Vereda Sur sigue sin poder abrir por los graves daños. | L-EMV

El 5 de noviembre de 2020 nunca se borrará de la mente de los numerosos afectados por las inundaciones en el polígono Vereda Sur de Beniparrell a causa del desbordamiento del barranco provocada por las fuertes lluvias que dejaron atrapados a cientos de trabajadores por la noche en sus empresas. Algunas de ellas soportaron más de 1.15 metros de agua en sus naves, provocando graves daños materiales que a día de hoy siguen sin subsanar.

Han pasado casi dos meses y la zona cero de este polígono sigue sin recibir ni una sola ayuda para poder salir a flote. La esperada declaración de zona catastrófica prometida por el conseller Rafael Climent en su visita al polígono apenas un día después de las inundaciones sigue sin llegar. Mientras el consorcio de seguros sigue peritando los daños, una ardua tarea que se está alargando demasiado en el tiempo. sobre todo para esos negocios que están tirando de créditos y de recursos propios para poder al menos no parar la producción, si bien no pueden llegara la que tenían antes del fatídico día.

Uno de los peor parados es sin duda Bernabé Sebastián, dueño del Bar Restaurante Berna, que sigue con la persiana cerrada debido a que el agua, que alcanzó los 1.08 metros, se llevó por delante no solo la comida sino todas las máquinas, incluso los azulejos. «Es increíble lo que puede hacer el agua, aún hoy sigue saliendo, no he podido conservar ni un microondas. El consorcio me dio un anticipo y con eso estoy pagando a un albañil que me está poco a poco haciendo la rehabilitación del local, pero ya veremos si me da para abrir en febrero», lamenta Berna, como le conocen en el polígono, que justo tiró de un crédito antes de la inundación para adecuar el local para hacer comidas para llevar para poder paliar los efectos de la pandemia. «Estar siete meses cerrado y solo cuatro en activo es una ruina para cualquiera, yo intento ser fuerte por mi familia, pero necesitamos ya las ayudas».

Para el dueño de Transportes Grau, el problema no fueron los camiones, que por suerte estaban fuera del polígono faenando, sino toda la mercancía que tenía almacenada. «Tengo cinco naves de 600 metros y en ese momento tenía centenares de congeladores y de palés que no he podido recuperar. Llenamos más de 21 contenedores azules con deshechos y aún me queda por tirar otros 3 o 4 más», señala Joan . «Pedí un préstamo ICO Covid de 6.000 euros para poder limpiar las naves y ahora me han concedido un préstamo de 100.000 euros para poder ir tirando», explica el dueño de Transportes Grau.

«No podemos esperarnos a la ayudas. El ritmo del consorcio es mucho más lento que el de las empresas. Aún no me han reparado una máquina que necesito para trabajar, no me podía esperar y he adquirido otra para al menos no parar la producción, aunque no llega ni a la mitad de la que teníamos antes de la inundación», señala Jesús de Jesvic Mecanizados, a quien el agua alcanzó el 1.15 metros y que calcula unas pérdidas de 350.000 euros. «Nos pasamos 15 días limpiando. Fue como un tsunami, destrozó cuatro máquinas de control numérico, todos los cuadros eléctricos, toda la zona de oficina, a lo que se añade los clientes que perdimos al esta parados», explica Jesús, quien ha conseguido mantener la actividad con el anticipo dado por el consorcio y los ahorros de la empresa.

Una realidad que conoce bien el presidente de la Asociación Empresarial de Beniparrell (Aembe), Leonardo García, quien confía en que el conseller cumpla su palabra y declarr el área como zona catastrófica-. «No son sólo los daños materiales sino la pérdida de negocio ocasionado, de pedidos que no se pudieron cumplir», explica.

Estudio hidrográfico

El Ayuntamiento de Beniparrell, tras gastarse más de 200.000 euros en acondicionar la zona con la contratación de mano de obra, la maquinaria utilizada para retirar el barro así como los contenedores industriales que cedió a los empresarios del polígono Vereda Sur para depositar los residuos y el material deteriorado que se acumuló en la zona, también se ha gastado más de 15.000 euros en la elaboración de un estudio hidrográfico , que pretende presentar tanto a la Confederación Hidrográfica del Júcar como a la Dirección General del Agua de la conselleria con la solución que evitaría una nueva inundación. «Desde el minuto uno después de la inundación el consistorio ha trabajado para paliar la catástrofe, no solo aprobando créditos para modificar el presupuesto para acometer la labores de saneamiento sino también para forzar a que se realice una fuerte inversión que evite que esto vuelva a ocurrir», señala el alcalde Voro Masaroca.

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