Las obras de rehabilitación en la iglesia Sant Jaume de Moncada han sacado a la luz un muro del XV, que formaría parte de una antiquísima ermita destina al santo.

La parroquia de San Jaime Apóstol de Moncada ha iniciado un proyecto con el que pretende solucionar el grave deterioro que presentan los locales parroquiales. El plan está compuesto por cuatro fases de ejecución y su culminación supondrá la puesta en valor y la recuperación del conjunto arquitectónico del templo de San Jaime.

La primera de las fases ya es una realidad, con la puesta en marcha de la restauración del antiguo «cuarto de andas», para transformarlo en la Capilla de la Adoración. La intención de la parroquia es que en unos dos meses la capilla esté concluida, coincidiendo con el Día Jubilar, que se celebrará el 27 de junio, una gracia otorgada por la archidiócesis de Valencia a la parroquia de San Jaime Apóstol, con motivo del milagro eucarístico que presenció una niña de cuatro años y medio, la Venerable Inés, en 1392.

La actuación de esta primera parte del plan ha contado con una partida de más de 65.000 euros, y ha sido posible gracias a la aportación de los fieles a través de colectas extraordinarias pro-obras. Así, la Capilla de la Adoración se está habilitando en una parte del templo de San Jaime Apóstol, junto a uno de sus muros más primitivos. Son estas obras, las que han permitido sacar a la luz un muro del siglo XV, procedente del antiguo templo gótico.

Iglesia de la reconquista

Según explica el párroco Javier Grande, la iglesia originaria dedicado a Sant Jaume, conocida como la iglesia de reconquista, data del siglo XV, al que pertenece el muro hallado y que se tomaría referencia posteriormente para la edificación del actual templo. «Sabíamos que con estas obras debía de aparecer algo, pero no pensábamos que fuera el muero», explica Grande. El sacerdote señala que la pared está construido con la forma de aquel siglo, a base de ladrillos y argamasilla y con un recubrimiento de yeso. En este sentido, el sacerdote añade que, «entre el muro hallado y otro situado a unos metros, del siglo XVIII, se encontraba la puerta al cementerio. En aquella época se cerró la calle que daba acceso al camposanto y se levantó una ermita, que desapareció». Javier Grande indica que el muro hallado quedará a la vista en la futura capilla de la adoración.

En la rehabilitación del antiguo cuarto de andas, se han picado los muros, se ha desmontado la antigua cubierta y sustituido todas las vigas que estaban muy carcomidas, se ha tapado la cubierta con una máxima protección aislante, se ha puesto la solera, se han colocado los tubos por los que irá todo el tendido eléctrico y el suelo, se ha arreglado las grietas de la pared que da al corral y se ha consolidado con cemento y se ha colocado un zócalo de 1 metro de altura que protege los muros.

El funcionamiento de la Capilla de Adoración lo ha asumido el área de vida consagrada de la parroquia, por lo que religiosos y religiosas de las Obreras de la Cruz, de las Hermanas Franciscanas, los Legionarios de Cristo, los Misioneros Combonianos o las Oblatas de Cristo Sacerdote desde su monasterio, dotarán de una presencia constante a la capilla, para acoger y acompañar a los fieles y rezar con ellos las horas litúrgicas.

Viviendas en el campanario

Una vez concluida esta fase, que por sus características no podía incluirse en el proyecto general, y su situación de deterioro requería de una actuación integral, restarán otras tres: Habilitar el «campanario de San Miguel» como viviendas sacerdotales y construir un ascensor de acceso al templo; Derribo de los locales parroquiales de la Calle Mayor, que se encuentran muy deteriorados; y construcción de nuevos locales parroquiales.

Para el párroco, es el derribo de los locales parroquiales la actuación «más importante, ya que estos edificios tapan por completo el conjunto arquitectónico, lo que provoca si impacto visual y que haya humedades y otros problemas». Grande apunta que la ejecución de las tres fases que restan, dependerá de los permisos y la financiación.