La irrrupción de la pandèmia de la covid19 y su mantenimiento a lo largo de casi un año ha trastocado nuestra vida cotidiana de una forma que era casi imposible de adivinar unos meses antes. Los ciudadanos nos hemos visto obligados a cambiar radicalmente nuestro comportamiento diario y la manera que tenemos de relacionarnos entre nosotros. De la efusividad mediterránea hemos pasado a la mascarilla y el distanciamiento social en aras de mantener la salud propia y la de los demás.

Esta pandemia también ha afectado y mucho a la situación económica de nuestros vecinos y empresas. En Massanassa desde el primer momento entendimos que teníamos que ayudar a las pequeñas empresas y autónomos que forman la base del tejido industrial y comercial del pueblo. A mediados de abril pusimos en marcha el programa Reforça Massanassa dotado con 250.000.€ de los fondos municipales. Hoy mismo nos adheriremos al Plan Resistir financiado por la Generalitat, la Diputación y el Ayuntamiento y dotado con 290.000€.

También teníamos que atender a los ciudadanos, especialmente los más vulnerables, a las familias en situación más precaria y dedicamos otros 250.000.- euros en ayudas personalizadas.

Situaciones tan extremas como estas hacen aflorar lo mejor y lo peor de cada uno. Es cierto que la inmensa mayoria de los vecinos y vecinas se han comportado de una manera ejemplar.

Los niños, que se adaptaron a la educación telemática y a las clases burbuja contando siempre con la colaboración de las familias y los profesores que han hecho un sobreesfuerzo para mantener el nivel educativo.

Los ciudadanos, que se han acostumbrado a llevar las mascarillas porque protegen vidas, que soportan hacer cola y mantener la distancia, que se confinaron en casa o limitan las salidas.

Los trabajadores sanitarios implicados en una lucha, muchas veces sin medios, contra el Coronavirus y aquellos que van cada dia a su trabajo con la incerteza de vivir en una situación extraña.

Pero desgraciadamente vemos comportamientos incívicos en una parte minoritaria de la sociedad. Personas que no llevan mascarilla o se reunen con cualquier pretexto como si esta pandemia fuera una fiesta. Y no lo es. Quiero dejar claro que esos comportamientos incívicos causan contagios, provocan enfermedades e incluso la muerte de personas que deberian estar sanas y vivas. La Policia tienen instrucciones de evitar estas actitudes para cuidar el bienestar general.

Para terminar quiero expresar mi agradecimiento a todas aquellas personas que han prestado su esfuerzo en servir a los ciudadanos, a todos los vecinos que soportan las restricciones a las que nos vemos obligados, quiero expresar mi solidariad hacia todos aquellos que han perdido su trabajo y su medio de vida. A todos decirles que el Ayuntamiento siempre estará a su servicio en todo lo que podamos hacer.

Y mi mayor afecto a las personas que han padecido o padecen esta enfermedad y a las que han perdido un ser querido, irremplazable en sus vidas. Seguro que este sentimiento es compartido por todo el pueblo.