La gata atrapada en el palacete de Burjassot abandona el inmueble y regresa a su colonia

“Hoy por la mañana la gata que estaba en el chalet de Garín ha bajado por su propio pie del cielo raso, y se ha ido. Hemos retirado posteriormente la rampa para que no pueda acceder a ese mismo sitio y las jaulas trampa. Situación resuelta. Gracias a todas y todos los que han ayudado y colaborado para este final feliz”. Estas son las palabras que el alcalde de Burjassot, Rafa García, publicaba en las redes sociales tras conocer la conclusión de los trabajos para el rescate de una gata que, durante más de dos semanas, permaneció “atrapada” en un espacio de la ruina del palacete del Rosal, edificio protegido y pendiente de rehabilitación, también conocido como chalet de Garín –nombre de uno de sus últimos propietarios– o del Empalme, ubicado en la partida del Pont Trencat.

Tal como lo describe el historiador Santiago López en su libro ‘Arquitectura i ingenieria civil de caràcter rural i agrari en el territori de Burjassot i la seua àrea immedita’, este palacete construido a inicios del siglo XX constituye “un magnífico edificio de estilo neomanuelista (gótico portugués); el cuerpo más destacado es la torre, que, al igual que las otras dependencias, disponía de amplios balcones y terrazas que miran al amplio huerto”.

“A qué lugar tan señorial fue a instalarse la gata”, podría pensar alguien si no fuese porque, actualmente –ya desde hace años–, el inmueble se encuentra expuesto a sufrir “posibles desprendimientos o derrumbes parciales” y al mismo “solo puede acceder personal autorizado y con la suficiente formación para poder saber actuar en caso de peligro”, como recordaron desde el Ayuntamiento de Burjassot durante unas labores de rescate que llevaron a movilizar a Bomberos, Policía Local y Protección Civil. Entre otros recursos, para recuperar al animal se instalaron dos jaulas trampa y, el día anterior a su liberación, una rampa de madera conectada a un agujero de la dependencia donde se hallaba. La fabricó la Brigada Municipal de Obras.

Además, mientras la gata estuvo “escondida” en el cielo raso del palacete, cada día el voluntariado de la Sociedad Protectora de Animales de Burjassot (SPAB), así como vecinos en general, acudieron a las inmediaciones del edificio provistos de víveres para el felino que el personal autorizado se encargó de proporcionárle. Precisamente fue la SPAB, gracias a la alimentadora de una colonia felina en el Empalme, la que alertó al ayuntamiento del accidental “encierro” de la gata, hace medio mes, tras escuchar fuertes maullidos procedentes del palacete.

Finalmente, la gata pudo salir “motu proprio” a través de la rampa. Operarios de la Brigada Municipal de Obras “la localizaron” sobre la tabla y “se dispuso todo lo necesario para que definitivamente abandonase el palacete y no volviese a quedar atrapada”, según fuentes de la Protectora. La gata regresó sana y salva a su entorno habitual, una colonia felina del barrio del Empalme.

Otros rescates

Por otra parte, el grupo de Medio Ambiente de la Policía de la Generalitat ha rescatado a tres cachorros abandonados en el polígono de La Cova de Manises y ha salvado a otros dos perros adultos que se encontraban perdidos y desorientados con riesgo de ser atropellados en la autovía de Ademuz, a la altura de Pedralba.

Dentro de sus servicios ordinarios, la unidad de Policía Nacional adscrita a la Generalitat realiza numerosos atenciones de estas características dando respuesta a la llamada de ciudadanos y ciudadanas que alertan sobre la existencia de animales de compañía abandonados, heridos o perdidos y que, una vez rescatados, son entregados a diferentes centros de protección animal de la Comunitat Valenciana.

La mayoría de estos avisos se canalizan a través del teléfono de Emergencias 1·1·2 Comunitat Valenciana, que durante el año 2020 ha atendido un total de 14.988 llamadas sobre casos de animales abandonados y heridos. De ellas, más de la mitad (7.861) se referían a animales domésticos como perros o gatos. Además, se recibieron otras 2.521 llamadas referentes a especies protegidas, como águilas, halcones o garzas.