Opinión

¿Y a mí cuando me van a vacunar?

¿Y a mí cuando me van a vacunar?

¿Y a mí cuando me van a vacunar? / Juan Ramón Adsuara

Juan Ramón Adsuara

L lámame urgente. Es un tema del Covid. Estamos cinco en mi casa positivos». Es un mensaje que esta semana he recibido en mi móvil. Son pocas palabras pero esconden la angustia y cierta desesperación que la sociedad sufre desde hace casi un año, una realidad que resume la tensión que muchos hogares arrastran estos meses.

El calendario, dentro de pocas semanas, nos situará en ese fatídico 13 de marzo y recordaremos como hace un año el Gobierno central declaraba el Estado de alarma y los españoles nos vimos confinados en casa. A partir de ese momento, hemos vivido entre la incertidumbre, el desasosiego, la confusión y la incredulidad.

Afrontamos la primera hora con dosis de optimismo, agradeciendo a diario el trabajo de los sanitarios, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de tantas personas anónimas que resultaron ser auténticos héroes. Las cifras de enfermos, e incluso de muertos, se veían lejanas porque pocos lo vivieron en primera persona.

Y así superamos la primera ola. El Gobierno central y el autonómico proclamaron que entrábamos en lo que insistentemente llamaban la «nueva normalidad». Habíamos sido buenos ciudadanos y superábamos la Covid. Y durante el verano casi llegamos a creer que pronto retomaríamos la cotidianidad de nuestras vidas.

Pero llegó septiembre y, poco a poco, volvieron los malos números, negros, tristes. Volvimos a hablar de niveles de contagios, de curvas, de más muertos. La realidad se empeñó en agotarnos un poco más. La sociedad no entendía qué estaba pasando porque siempre, salvo contadas excepciones, había cumplido las normas, las limitaciones y las restricciones aprobadas por Pedro Sánchez y Ximo Puig. Y tras la Navidad, nos sumergimos en una feroz tercera ola que, en el caso de la Comunitat Valenciana, nos ha llevado a liderar todos los rankings de contagios y muertes. Y ahora sí, ya todos tenemos amigos, vecinos, conocidos que desgraciadamente han sufrido la pandemia muy cerca.

En estos momentos nos aferramos a la esperanza de que las vacunas van a ser el camino para superar esta pesadilla. Sin embargo, se repiten noticias sobre retrasos en su compra, mala organización en su distribución, desconcierto en los calendarios y grupos de vacunación. De nuevo, un cierto caos se instala entre nosotros mientras los ciudadanos se preguntan, nos preguntamos, por qué todavía hay residencias de mayores que no han recibido sus dosis, por qué no conocemos los planes de vacunación, por qué nuestros mayores están en sus casas esperando que laConselleria de Sanitat les llamen para recibir su vacuna.

Desde los ayuntamientos hemos afrontado este año, lleno de improvisaciones y contradicciones, trabajando al lado de nuestros mayores, autónomos, comercios, médicos y farmacéuticos, escolares, familias, resolviendo sus dudas y preocupaciones. Hemos aparcado los proyectos que habíamos iniciado para destinar los recursos económicos a las nuevas necesidades. Y siempre hemos cumplido, leales, con todas las indicaciones recibidas desde la Generalitat y el Gobierno central.

Pero nuestro intenso trabajo parece que se desvanece cuando sales a la calle y la mayoría de los vecinos, especialmente los mayores de 65 años, sólo tienen una pregunta: «Alcalde, y a mí, ¿cuándo me van a vacunar?» Y esa es la cuestión que hoy yo traslado al president Puig: ¿Cuándo vamos a poder vacunar a todos nuestros mayores y grupos de riesgo? Creo que ya es hora de superar el caos y por primera vez dar una respuesta clara y veraz a toda la sociedad.

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