Aunque la mañana era fría y gris, el ánimo del alumnado, las familias y el profesorado del CEIP Ciutat de Cremona de Alaquàs estaba por las nubes. Niñas y niños de primaria han estrenado este lunes el nuevo colegio y la comunidad educativa ha dejado atrás 15 años de barracones, en los que hubo momentos de peligro y desalojos por las lluvias y las malas condiciones de la instalación.

La de hoy ha sido una jornada festiva, que se ha iniciado al ritmo de batucada, que tocaban madres y padres, y en la que no ha faltado la canción “Seguiremos”, de Macaco, que fue también otro de los símbolos de lucha de esta comunidad educativa.

Batucada para celebrar la inauguración.

Las familias han comenzado a llegar antes de las nueve de la mañana, muchas de ellas ataviadas con polares y camisetas del color naranja brillante que también ha caracterizado a este reivindicativo grupo. Y una vez allí, se han establecido tres accesos para entrar al colegio: el de Infantil, cuyo alumnado ya estrenó su edificio en septiembre; y dos para primaria.

Las familias esperan en el exterior del centro. L.Sena

Con emoción y sorpresa, niñas y niños han ido entrando y ocupando un espacio en el patio, donde han bailado una coreografía al ritmo de “Seguiremos” entre las ovaciones que, desde el exterior, les dedicaban madres, padres, abuelas, abuelos y los representantes municipales que han acudido. También familias de generaciones que ya no están en el centro se han acercado a compartir la jornada de celebración.

Baile de "Seguiremos" en el patio del colegio. L. Sena

Una historia de 15 años

Fue en el año 2007 cuando el Consell Escolar y posteriormente la Conselleria de Educación decidieron desvincular este centro del CEIP Sanchis Almiñano, donde había nacido, y constituir el Ciutat de Cremona, que tomaba el nombre del municipio italiano con el que Alaquàs está hermanado, por compartir importantes lazos históricos.

El colegio arrancó con tres líneas y en barracones. Fueron pasando los años y no llegaba nunca la construcción del edificio, prevista al inicio en el mismo solar donde se instalaron los prefabricados y proyectada finalmente en un terreno deportivo situado enfrente, en el mismo Camí Vell de Torrent. El deterioro de los barracones provocó episodios de grave peligro por la lluvia o el viento, que ocasionaron desalojos e inundaciones. Y con el paso del tiempo, la Conselleria de Educación suprimió dos de las aulas de tres años.

Tras una promesa expresa de la construcción inminente, por parte de la entonces consellera María José Català (exalcaldesa de Torrent y actual portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de València) en primavera de 2014, recién asumido el cargo, Educación aprobó un arreglo escolar para el curso 2014-2015 en el que eliminaba la única aula de tres años, impidiendo, de facto, la matriculación en el colegio. Cerca de 30 niños y niñas con hermanos en el centro se quedaron fuera.

Nació entonces la Plataforma Tots Som Cremona, encargada de organizar movilizaciones más duras, como un encierro de 100 días en los barracones, y de lograr adhesiones de todo tipo de colectivos con su causa, ya fueran de Alaquàs o de fuera. La movilización del Cremona tuvo entonces trascendencia nacional y se convirtió en un ejemplo de lucha por la escuela pública.

La supresión de la única aula de tres años que quedaba provocó que el pleno del Ayuntamiento de Alaquàs, en una sesión celebrada en los módulos prefabricados, declarara “persona non grata” a la consellera María José Català, a propuesta de la alcaldesa, Elvira García, y con el respaldo del PSPV y de Compromís.

El cambio político en el Consell en 2015, tras el pacto del Botànic, supuso un punto de inflexión en la historia del centro de Alaquàs, ya que se recuperó de forma inmediata el aula de tres años, se estableció otra experimental de dos años y se tramitó la licitación de la obra del colegio. El presidente Ximo Puig y el conseller Vicent Marzà incluso inauguraron el curso escolar en los barracones.

Con todo, la comunidad del Cremona ha tenido que salvar nuevos escollos en estos años ya que la obra de construcción del colegio ha durado más de tres años, por diversos problemas surgidos durante su ejecución, y de hecho aún no está acabada. El edificio se ocupa por el alumnado cuando todavía queda una tercera fase por ejecuta.

"No nos lo creemos”

Con toda esa historia a sus espaldas, las familias del alumnado del Cremona han vivido con emoción la jornada de este lunes. Así lo expresaba, por ejemplo, Alicia Giner, componente de la AMPA y madre de Víctor Cebrián, uno de los dos representantes en el Consell Escolar. “Hoy estamos cumpliendo un sueño después de muchos años en los que llegamos a pensar que no llegaría este día pero al final lo hemos conseguido con la unión de todos”, ha expresado.

Alicia Giner con su hijo, Víctor Cebrián. L.Sena

Por su parte, Verónica Muñoz, madre de David, alumno de sexto de Primaria, que este año deja el colegio, y de Iker, de Infantil, también ha reconocido lo duros que fueron algunos años. “El colegio es una realidad, por fin, aunque hubo un momento en el que casi tiramos la toalla, pero siempre lográbamos recuperar las fuerzas”, ha reconocido a Levante-EMV.

Verónica Muñoz con su marido y su hijo Iker.

En el exterior del recinto, las familias recordaban los años pasados y comentaban que muchos niños y niñas no han dormido esta noche por los nervios y la emoción. Con cámaras y teléfonos móviles, madres y padres inmortalizaban el momento.

Madres, padres, abuelas y abuelos seguían desde fuera la fiesta.l' L.Sena

Mientras, en el interior del colegio, la directora Susana García ha empuñado el micrófono para dar la bienvenida al alumnado y las gracias a todos aquellos, colectivos e instituciones, que han contribuido a su construcción. En un tono reivindicativo, la maestra ha denunciado que la eliminación del aula de tres años en 2014 tenía por objetivo cerrar el Cremona. Por ello, ha elogiado repetidas veces el papel de la Plataforma Tots Som Cremona y la resistencia del alumnado, así como la confianza depositada siempre en el equipo de profesionales docentes. García ha tenido palabras para lassiete promociones que han salido del colegio sin tener un edificio de ladrillos desde 2014.

Tras el corte de cinta por parte de Aitana Ruiz y Víctor Cebrián, niñas y niños han ido entrando al edificio, protegidos con sus mascarillas. Y la fiesta ha proseguido con música e incluso con una “xocolatà”.