El despido el pasado verano del conserje adscrito al centro social de la Coma será juzgado hoy. Por un lado, el demandante, y por otro, la empresa Gespa y por extensión el Ayuntamiento de Paterna.
La marcha del trabajador desató una ola de críticas por parte del equipo de trabajadores sociales de la Coma,primero, y de las asociaciones de vecinos del barrio, después. Todos reclamaron al consistorio que se replanteara su decisión «injusta» y que Paco fuera readmitido, resaltando su papel «fundamental» en la atención y funcionamiento del centro. De hecho, los vecinos atribuían su despido «a cuestiones personales» del ejecutivo socialista.
Desde la parte demandante, sostienen que el argumento de falta muy grave esgrimido por Gespa para despedir al trabajador presenta defectos tanto en la forma como en el fondo. Así, tratarán de demostrar en la vista que la falta de «desobediencia frente a la empresa», por realizar copias de llaves para dárselas a los empleados, está catologado como «grave» por el estatuto de los trabajadores y el convenio colectivo. En este sentido, señalan que una falta grave no lleva aparajado el despido sino una suspensión de empleo y sueldo.Además, aseguran que esta falta habría prescrito ya que debería haberse comunicado oficialmente en un plazo de veinte días y al trabajador se le comunicó en el día 21.
Desde la defensa del empleado despedido se solicitó que fuera el presidente de Gespa -el alcalde Juan Antonio Sagredo-, como máximo responsable de la empresa demandada, el que se sentara como parte en la vista, pero la jueza señaló que con que asistiera algún representante que diera cuenta de lo sucedido era suficiente, por lo que Sagredo no está citado al juicio, según fuentes municipales.
