La pandemia ha impedido, durante dos ejercicios, que la Semana Santa de l’Horta salga a la calle y celebre sus días grandes de forma pública. Y a ello hay que sumar que en 2019, las lluvias también provocaron la suspensión de algunos de los actos más relevantres como la procesión del Santo Entierro. Sin embargo, los censos de las personas que pertenecen a las hermandades y cofradías en las ciudades con más tradición de l’Horta apenas se han resentido hasta la fecha, como explican sus dirigentes. La rebaja o supresión de cuotas por la propia reducción de gastos y el hecho de que no todos los colectivos tienen una sede propia que mantener han frenado las posibles bajas.
En Torrent, el presidente de la Junta Central de Hermandades de Semana Santa (JSHSS), José Vicente Yago, asegura que «no se puede hablar de una caída de censo» aunque alguna hermandad haya tenido algunas bajas. En la ciudad hay 18 colectivos (uno de ellos con la actividad suspendida a raíz de un conflicto) que superan las 4.000 personas involucradas de forma directa. Muchos de ellos no tienen sede permanente, por lo que han podido reducir la cantidad anual que se abona y afrontar el resto de gastos.
El coste de pertenecer a una hermandad es variable, según cada entidad, pero es relativamente bajo en comparación con otras manifestaciones tradicionales como las Fallas o los Moros y Cristianos. En Torrent, la media estaría en 30 euros anuales, según yago. «En el ejercicio 2020 hubo hermandades que dejaron la cuota a cero. Para 2021, haremos sobre la marcha y según la evolución de la pandemia», explica. En la ciudad, la hermandad más antigua, la del Crist de la Bona Mort, es de 1903, a la que siguen la de la Mare de Déu dels Dolors (1928) y el Sant Sepulcre (1930). La de más reciente creación es la Crucifixió del Senyor, constituida en 2017.
En Benetússer, la fiests involucra, de forma directa, a 620 personas y tampoco las bajas son un tema «preocupante», según explica la presidenta ejecutiva, Dolores Ceacero. En la población, famosa por la representación en vivo en la calle, existen ocho colectivos: seis cofradías, una hermandad y la agrupación de «La Pasión». El Santo Sepulcro y el Descendimiento de Cristo Rssucitado son las más antiguas y datan de 1949. La agrupación se constituyó 2016 para dar legalidad al colectivo. En las entidades se han adoptado diferentes medidas de rebaja de cuotas. En la de la Virgen de los Dolores, por ejemplo, se ha suprimido el pago de 50 euros al año, al carecer de un local «que sería el principal gasto».
En l’Horta Nord
En Alboraia, tampoco la «leve bajada» de censo es significativa, según el presidente, Luis Ángel Biosca. La rebaja o supresión de cuotas (algunas de 60 euros anuales) ha frenado las fugas y también el hecho de que solo se haga realizado la lotería de Navidad, frente a los tres sorteos en los que se participaba en los años anteriores. Las diez cofradías de la ciudad suman 980 cofrades y otros 192 portadores de las andas, que no pagan cuota. El alquiler de las sedes no ha sido un problema, en general, ya que la junta local utiliza un espacio cedido por el ayuntamiento y otras cuatro cofradías disponen de casas particulares donde guardan las andas. Sólo tres de los colectivos tienen bajos alquilados. «Esperamos recuperar la normalidad para el año próximo», desea Biosca.
