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Picanya negocia la compra de l’Hort de les Palmes para que sea un centro cultural

El consistorio aspira a tener fondos europeos para este proyecto, dentro de un plan de reordenación y mejora de las infraestructuras

L’Hort de les Palmes, edificio que albergó la «Residencia de Señoritas». | M.A.MONTESINOS

El Ayuntamiento de Picanya se ha propuesto que l’Hort de les Palmes, que albergó durante la guerra civil la sección femenina de la Institución de Libre Enseñanza, pase a ser propiedad municipal a medio plazo, en la línea de lo que reclamaban ayer, a través de Levante-EMV, memorialistas e investigadores como Cristina Escrivà, Wilson Ferrús y el propio Alfred Ramos, presidente del Centre d’Estudis Locals (CEL) de la población.

Por ello, el alcalde de Picanya, Josep Almenar, ha desvelado que negocia desde hace meses con la propiedad la compra de este bello inmueble, una operación para la que ya se han mantenido diversos contactos entre ambas partes. En la actualidad, se trabaja en una primera tasación del edificio y todo el recinto para poder seguir las negociaciones.

Almenar explica que el consistorio ha valorado que la fórmula más viable para que l’Hort de les Palmes tenga un uso público es la compra. Y para este proceso espera tener fondos europeos, dentro de las convocatorias que se realizarán en los próximos tiempos, para las que Picanya tiene preparados diversos proyectos.

La adquisición de l’Hort de les Palmes forma parte de todo un plan de mejora y reordenación de las infraestructuras culturales que tiene el ayuntamiento para la población. De este modo, la Casa de la Cultura está situada en la zona urbana más próxima a Torrent y actualmente necesita una remodelación. «Y en la parte que linda con Paiporta, haría falta otro espacio cultural para descongestionar el centro de la población, la Plaça del País Valencià y su entorno, donde se hace casi todo», explica el alcalde.

De ahí que el consistorio considere que lo idóneo es comprar l’Hort de les Palmes por su significación histórica y las posibilidades que tiene el recinto, con la intención de rehabilitarlo y convertirlo en ese espacio que necesita la zona urbana.

Además de la Casa de la Cultura, Picanya cuenta con el Centre Cultural, una de las primeras dotaciones que construyó en la democracia, que «ha quedado ya pequeño y obsoleto para las necesidades y las exigencias de hoy», explica Josep Almenar.

Así pues, toda la red cultural del municipio se complementaría con la construcción de un nuevo auditorio, que permitiría más usos que el actual en el Centre Cultural, un espacio que quedaría pata otras actividades. El consistorio ya tiene un primer borrador del proyecto. Los cuatro inmuebles (la Casa de la Cultura, el Centre Cultural, l’Hort de les Palmes y el futuro auditorio) conformarían esa red que el ayuntamiento estima que se necesitan.

Respecto a los usos futuros de l’Hort de les Palmes, más allá de su función cultural, el gobierno local no se ha planteado una idea clara sino que prefiere realizar posteriormente consultas, tanto a personas expertas (entre ellas los dos principales investigadores del edificio, Escrivà y Ferrús) o al Centre d’Estudis Locals como a las asociaciones de la población. «Y lo mismo haremos con el auditorio y con otras dotaciones», añade el alcalde.

Historia de España

Más allá de su interés arquitectónico y de las posibilidades que ofrece, l’Hort de les Palmes es un edificio que forma parte de un epidosio importante de la historia de España, el del traslado de las instituciones del estado republicano a València, un proceso en el que se ocuparon numerosos inmuebles como este «hort de tarongers». La llamada «Residencia de Señoritas» albergó la sección fememina de la Residencia de Estudiantes y su objetivo era formar, de manera integral, a las mujeres que serían las futuras maestras, a través de las clases, charlas, cursos, ponencias y actividades alternativas por las que pasaron las grandes pensadoras del momento. Era, por tanto, la principal apuesta en materia de igualdad del Gobierno Republicano.

Desde hace una década, tanto Escrivà como Ferrús, investigadores memorialistas de la comarca, han profundizado, a través de estudios y publicaciones, en el proyecto que se desarrolló en l’Hort de les Palmes. El último capítulo se escribía a mediados de diciembre de 2020 cuando se colocó un monolito en la puerta, por iniciativa de la asociación Instituto Obrero y financiado por la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad democrática.

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