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"Es doloroso, pero es inviable que la falla siga"

La falla del Mar de Tavernes Blanques aprueba su disolución al quedarse con un censo de apenas 25 falleros por la pandemia

Integrantes de la Falla del Mar en la visita al taller del artista hace unos años. | FALLA DEL MAR

La Falla del Mar de Tavernes Blanques baja la persiana. El SOS lanzado por la comisión hace unas semanas como la última llamada desesperada para evitar la desaparición no ha recibido contestación y la reunión extraordinaria celebrada el pasado martes, a la que asistieron una docena de personas, aprobó por mayoría el cierre definitivo ante la inviabilidad de continuar.

Con 23 años de historia, la Falla del Mar llegó a tener un censo por encima de las ochenta personas, entre adultos y menores. Como señalan, era una comisión modesta pero que disfrutaba de la semana de fiestas con sus dos monumentos plantados y todo tipo de actividades, no solo en marzo sini también a lo largo del año, como San Juan, Halloween o Navidad. Pero la pandemia y los dos ejercicios seguidos sin celebrarse los festejos han afectado en gran medida a la falla, que vio como fue perdiendo efectivos como un goteo constante. Tanto, que en marzo de este 2021 el censo estaba ya por debajo de las 40 personas, marchándose incluso las falleras mayores y el presidente infantil del 2020, además de la presidenta.

Fue entonces cuando una especie de gestora se encargó del día a día de la comisión y decidió lanzar un SOS con el objetivo de recuperar integrantes, antiguos falleros y falleras que se fueron borrando a lo largo de los últimos años que volvieran para arrimar el hombro, además de animar a los actuales integrantes a aguantar. La cifra soñada rondaba entre las 50 y las 60 personas. Incluso organizaron a finales de marzo una ‘apuntà’ virtual.

Poco más de un mes después de lanzar el SOS no solo nadie ha acudido al rescate de la comisión, sino que ha habido más bajas, dejando el censo por debajo de 25 personas, incluido menores. Ante este panorama, se convocó una reunión extraordinaria el pasado martes donde se aprobó por unanimidad la desaparición de la falla. Tal como explica Tomás, uno de las personas que està junto con Nerea al frente de la gestora, allí «se expuso la situación real y los números, explicando que la continuidad es inviable». La comisión, por ejemplo, no puede asumir el gasto del alquiler del casal.

El Casal, una caja de recuerdos

Así, tras más de 23 años de historia, la Falla del Mar desaparece. «Es una decisión muy dolorosa y dura para todos nosotros, pero es inviables poder seguir manteniendo nuestra pequeña gran comisión tras los últimos acontecimientos ocurridos. Lo que más nos va a doler a todos es dejar nuestro casal, donde dejamos muchos recuerdos y momentos vividos», señalan desde la comisión. Para recuerdo quedarán los inicios de la comisión, su crecimiento en el censo y el punto culmen, cuando en 2018 la entidad celebraba su 20 aniversario, lleno de alegría e ilusión, y donde nadie podía presagiar el fatal desenlace que tendría tres años después.

Por el momento, la falla se mantendrá activa, al menos como asociación, con el objetivo de poder celebrar cuando la situación sanitaria mejore, una fiesta de despedida oficial con la cremà de los dos monumentos de 2020, que siguen almacenados en el casal. De hecho, el miércoles se reunieron con el ayuntamiento para solicitar un espacio donde poder depositarlo hasta la posible cremà, ya que deberán desalojar el casal en las próximas semanas.

En este sentido, también deberán distribuir todo lo que ha ido guardando en el casal a lo largo de 20 años. Por ejemplo, hacen un llamamiento a todas las Falleras Mayores de estos años, que tengan su corbatín o la foto en el mural para que pasen a recogerlo.

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