“Es un homenaje muy importante para reconocer su labor por la defensa de la libertad y la democracia”. Son palabras de Manuel Peris, el hijo de uno los tres paterneros presos en Mauthausen, el campo nazi de exterminio. Y es que Miguel Liern, José Martí y el propio Peris, ya tienen sus Piedras del Tropiezo o Piedras por la Memoria en el jardín lateral del Ayuntamiento de Paterna. Se trata de unos cubos de hormigón, con forma de adoquín, hechas a mano y recubiertas por una hoja de latón, y que forman parte del proyecto Stolpersteine, la iniciativa artística mundial que tiene como objetivo recordar a las víctimas del exilio y la deportación nazi a través de la colocación de estas piedras de hormigón.

El acto de colocación celebrado este martes, coincidiendo con la conmemoración anual de las víctimas y de la liberación del campo de concentración nazi, ha contado con la presencia de familiares de los tres paterneros, el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, el diputado de Memoria Histórica, Ramiro Rivera y miembros de la corporación municipal.

Sagredo ha destacado que estas piedras "simbolizan el reconocimiento, el recuerdo y el homenaje de toda la ciudad de Paterna a estos tres héroes que sufrieron la barbarie de los campos de concentración, lucharon por la libertad, la democracia y los derechos humanos y constituyen un paso más del compromiso del equipo de gobierno socialista con la memoria democrática y la dignificación de las personas”.

Paterna coloca las Piedras del Tropiezo

Paterna coloca las Piedras del Tropiezo AP

Amparo Soler, sobrina de José Martí, ha sido la encargada de colocar su piedra. Recuerda que su tío falleció con solo 41 años en el campo de Mauthausen. Era albañil y cuando tras concluir la Guerra Civil llegó la noticia a Paterna de que “venían a por los rojos”, Pepe tuvo que huir. “Fue al puerto a buscar un barco que lo sacaría pero allí no había nada. Se marchó por las montañas hasta que lo apresaron y allí murió como murió. Mi abuela solo hacía que llorar”, relata. Para Amparo este homenaje “es muy importante y gracias al trabajo de mucha gente”.

Con dificultades para hablar por la emoción, Luisa Alfonso, sobrina de Miquel Liern, también ha dado las gracias por “este reconocimiento y recuerdo” que “esperemos sirva para que cosas así no vuelvan a suceder”. La mujer recuerda lo “mal que lo pasó mi abuela, a la que le quedaron secuelas por la pérdida de su hijo, con 33 años”.

La leyenda del Relicario

Conocí a mi padre cuando tenía diez años a través de un cristal en la frontera”. Manuel Peris depositó la piedra en recuerdo de su padre, un contable afiliado al PSOE para defender la República que huyó a Francia. Allí fue reclutado por una compañía de trabajadores para construir fortificaciones en la frontera con Bélgica cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. “Fue entonces cuando lo apresaron los alemanes. Primero estuvo en un campo de prisioneros hasta que averiguaron que no era francés sino español y en el año 41 acabó en Mauthausen, donde estuvo cinco años”, relata Felipe, su nieto.

Manuel Peris logró sobrevivir y fijó su residencia en París, donde falleció en 1983. Regresó de vacaciones, como un turista, en los años 60. “La primera vez que vino a Paterna llevaba siempre detrás una pareja de la Guardia Civil. Lo conocían como el Relicario, por su papel en una obra de teatro”, revela su hijo. Ahora los descendientes de Manuel Peris valoran el homenaje como “un acto muy importante para reconocer su trabajo por la libertad y la democracia a pesar del tiempo que ha pasado”.