Hace poco más de un año, cuando todo estaba ya preparado para celebrar les ‘Falles’, de repente, cambió todo. El presidente del Gobierno declaraba el Estado de Alarma en España. Un virus, del que poco o nada sabíamos y que parecía que nunca iba a llegar, aterrizaba en nuestro país para quedarse, de momento, y cambiar nuestras vidas. Y a quienes estábamos al frente de un ayuntamiento, más aún.

Tocaba reinventarse y cambiar todo lo que teníamos planificado. Desde modificar o cancelar programaciones, a cerrar o limitar aforos en instalaciones. Desde buscar mascarillas para nuestros vecinos y vecinas, a intensificar limpiezas y desinfecciones de edificios públicos y calles. Todo pensando en la seguridad de la ciudadanía. Todo había cambiado, hasta nuestra lectura. De poder leer un libro en tus pocos ratos libres, a que tu libro ahora fuesen las publicaciones en el BOE o el DOGV. Todo este año ha sido un constante aprendizaje de normas y decretos.

No obstante, hay aspectos que en el Ayuntamiento de Massamagrell no íbamos a cambiar ni con la pandemia. El no dejar a nadie atrás se convertía ahora, más si cabe, en una cuestión de necesidad. Intentar compensar la desigualdad generada por la Covid supuso en 2020 casi 300.000 euros en ayudas sociales, entre el presupuesto prorrogado y el remanente. Más del doble de la mayor dotación presupuestaria en la historia en ayudas de emergencia. Y es que desde que entramos a gobernar, y así será siempre mientras yo esté al frente, los vecinos y vecinas de Massamagrell son nuestra máxima prioridad.

En todo este tiempo, hemos colaborado con nuestro comercio con campañas de promoción y ayudas, y hemos suprimido tasas a la hostelería. Pero también tocaba reconvertirse en base a los acontecimientos. La vacunación está siendo fundamental para dejar atrás este terrible episodio que tanta tristeza y dolor nos ha generado, especialmente a aquellas personas que hemos perdido a amigos o familiares. Y aquí, sin competencias, pusimos nuestro trabajo, voluntad e infraestructuras a disposición de la Conselleria de Sanitat, convirtiendo y adaptando un pabellón de baloncesto, nuestro ONE WALL, en un centro de vacunación masiva, el único municipio de menos de 20.000 habitantes de la C. Valenciana que lo ha hecho. Ayudar y reinventarse, son ahora dos palabras prioritarias y fundamentales para el momento actual que vivimos.

Además, hemos puesto todos nuestros medios pensando en nuestros vecinos y vecinas, poniendo en marcha un sinfín de actividades y campañas que nacen por esta pandemia, que ha hecho que nuestra labor en el gobierno local haya sido un reto durante este año, mientras esperamos a que todo esto acabe, y que todas estas reinvenciones nos queden en la memoria como algo que nunca olvidaremos.

Mi puerta siempre ha estado, y estará, abierta para los vecinos y vecinas, así como a la corporación, para escuchar sus propuestas y mejorar el municipio. En los dos de legislatura, siempre he intentado llegar a acuerdos con todos los grupos políticos aunque a veces esto no ha sido posible.

Aún así, no voy a desfallecer en seguir buscando entendimientos y acuerdos. Esa es mi forma de entender la política. Un alcalde debe de gobernar para toda la ciudadanía, y no solo para quien le haya votado.