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Cata de tomate: de la tierra al paladar

El Centro de Educación Medioambiental Julia ofrece esta curiosa degustación de distintas variedades de la hortaliza en la huerta de Paterna

Quién no ha ido a una cata de vino, de queso, de jamón, incluso de cerveza, últimamente de moda. Pero pocos son los privilegiados que pueden presumir de haber realizado una degustación de tomate, además muchos de ellos directos de la tierra al paladar. Este privilegio es posible gracias al Centro de Educación Medioambiental Julia, más conocido como Granja Julia, ubicada en pleno corazón de la huerta de Paterna.

Es una experiencia única, no solo por el exquisito sabor de los tomates, sino porque desde Grana Julia se invita a conocer el producto desde su origen. Así, la cata comienza la experiencia con un paseo por el Huerto Multiverso y alrededores, donde los asistentes pueden observar las diferentes variedades de tomates existentes así como de otras hortalizas, todos ellos cultivados de forma ecológica y respetuosa con el entorno, regados con el agua de la acequia de Moncada, que forma parte del gran tesoro que es nuestro patrimonio hidráulico. También se puede observar la pila de compost y otros abonos naturales a base de plantas utilizados en la huerta.

Tras conocer de dónde viene los tomates, llega la parte más interesante, la degustación, donde se puede descubrir las numerosa variedades existentes de esta hortaliza. Así, la cata incluye tomates Muchamiel, Cor de Bou, Rosa de Aragón, Cuarentena, Valenciano o Montserrat. Todos ellos bañados con un buen aceite ecológico del Penyagolosa, suministrado por la Ecotienda MedioVerde (la Canyada) y pan de espelta del horno El Ensanche (Paterna).

«Tomate que sabe a tomate»

Algunos de los asistentes ala cata aseguran que era «muy difícil elegir cuál de ellos estaba más rico. Tomates de verdad, tradicionales, en su punto de maduración y con un sabor espectacular. Tomates que saben a tomate».

Demasiado tomate para la gente que acudió a la cata, ¿qué se puede hacer?. Pues Luis, Carlos y Dori, del CEM Julia enseñan a los asistentes a realizar conserva de tomate. Ahí, se han compartido distintas formas y trucos para hacer una buena conserva. Otra manera tradicional de aprovechar los excedentes de la cosecha y guardar para el invierno, con frascos reciclados, un ejemplo claro de sostenibilidad aplicado al producto de proximidad.

«Ha sido una mañana fantástica, no solo por todas las actividades y aprendizajes, lo mejor ha sido el compartir. Tener en común el gusto por lo natural, sentir que la educación medioambiental es más necesaria que nunca pero que, a pesar de la situación de emergencia climática que sufre el planeta, hay formas de hacerlo desde la unión y la esperanza», señala Gloria, una de las asistentes a esta particular cata de tomates del CEM Julia de Paterna.

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