Las hermanas Iris y Alba Olivencia, de ocho y cuatro años respectivamente, son alumnas del colegio la Balaguera de Albal y sufren diversidad funcional auditova. Las niñas no tienen que llevar un implante sino audífonos, lo que les genera ciertas molestias cuando se producen ruidos intensos. Por ello, su familia, a través de su padre Sergio Olivencia, ha iniciado una campaña para conseguir que las personas amantes del pádel y el tenis envíen pelotas, que pueden utilizarse como barrera acústica en distintos elementos del aula.

Olivencia contactó hace semanas con la concejala de Educación de Albal, Melani Jiménez, y le planteó el problema. Acordaron hacer un llamamiento a través de las redes sociales municipales para pedir a la población pelotas usadas. Estas bolas se colocan en las patas de las sillas y los pupitres con lo que se evita el ruido estridente que producen cuando son arrastradas «y que es altamente molesto para las dos alumnas», explican fuentes municipales.

A través de la campaña, ya han llegado las primeras pelotas, que se han colocado en el mobiliario del aula del colegio. No obstante, las personas interesadas en colaborar en esta campaña, las pueden depositar las pelotas en el polideportivo municipal La Balaguera desde donde se trasladarán a la familia y al centro.

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Por otra parte, el pasado 25 de febrero se celebró el Día Internacional del Implante Coclear, considerado uno de los mayores avances en la historia de la medicina. En esa jornada se cumplieron 64 años desde aquel 1957, cuando se realizó el primer implante en Francia. Un sistema que, no obstante, a España no llegaría hasta el año 1985.

Con motivo de esta jornada, Sergio Olivencia solicitó al consistorio, dar visibilidad a la jornada y así se hizo, a través de las historias de las pequeñas, que fue difundida por el consistorio en sus redes sociales.

Las hermanas Iris y Alba Olivencia . A.A.

En el caso de Iris, la hija mayor, su detección no fue precoz, por lo que inicialmente tuvo más problemas de adaptación, ya superados. «Como podréis imaginar, fue un palo muy grande porque a los padres nos cuesta asimilar este tipo de noticias», explica Olivencia quien reivindica, «medios, recursos y escuelas inclusivas porque las necesidades suelen ser comunes para los usuarios de audífonos como para las personas que necesitan implantes».

A pesar de que se ha avanzado mucho en las pruebas genéticas que concluyan la causa, en el caso de Iris y Alba sus progenitores desconocen el porqué ya que nadie de la familia padece o ha padecido sordera. Sus hijas saben leer y hablar. «El concepto del sordomudo ha quedado muy obsoleto con respecto a generaciones anteriores. En la actualidad, salvo casos muy concretos, ya no se da esta situación. Afortunadamente se ha avanzado mucho», explica.

El colegio se ha volcado

Las pequeñas estudian en el colegio La Balaguera, donde toda la comunidad educativa se ha solidarizado con la familia. Sergio Olivencia afirma que la mayor ayuda ha venido precisamente del centro. «Están cien por cien integradas, gracias a que todos y todas han contribuido a normalizar la situación», asegura.