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«En pandemia, las playas son seguras si nuestra conducta es ejemplar»

Las playas de l’Horta Nord cierran la temporada estival un año más con restricciones anticovid con discrepancias entre usuarios y usuarias

Una de las entradas de la playa de La Patacona, en Alboraia. | SARA COBOS

La temporada de verano 2021 está a punto de llegar a su fin y, pronto, las costas de la comarca de l’Horta Nord dejarán de ser uno de los lugares de descanso y ocio más frecuentados para desconectar de la vida laboral y académica, así como de la situación sanitaria. De esta manera, las playas de Port Saplaya y La Patacona, pertenecientes al municipio de Alboraia, son un ejemplo de como, a pesar de la pandemia, los valencianos y valencianas no dudan en lanzarse al mar como de costumbre.

Los usuarios y usuarias habituales de la playa de Port Saplaya, consultados ayer por Levante-EMV, coinciden en que la clave de su éxito recae en su reducido tamaño. «Creo que las playas pequeñas son más seguras. Solo hay que ver las aglomeraciones en la Malva-rosa. Para mí, el principal factor que me hace venir aquí todos los días es la poca afluencia de gente, además de que las distancias de seguridad se guardan mejor», explica María del Carmen Bernet, usuaria habitual de Port Saplaya y quien, además, añade que «no hay diferencia respecto a años anteriores a la pandemia».

Mientras, la Patacona ejemplifica todo lo contrario. Su extenso perímetro siempre concurrido se asemeja más al ambiente de otras playas como la Malva-rosa por lo que residentes de Alboraia, como el caso de Nadine Paulino, a pesar de tener la playa a minutos de casa, prefieren huir a otras costas valencianas. «No me cautiva una playa que esté siempre a reventar. No me deja disfrutar tranquila. A veces parece que la covid no exista en la Patacona», asegura.

Mientras, aquellos y aquellas que sí se han decantado por acudir a esta playa con frecuencia estos últimos veranos, como Ana María Martín, admiten también que la imagen de la Patacona «comienza a asemejarse a La Malva-rosa y sus aglomeraciones», pero no han observado graves problemas en su gestión anticovid durante el verano.

De este modo, la principal petición de los usuarios y usuarias gira en torno a la distancia de seguridad y al miedo ante un exceso de aglomeraciones tanto en la arena como en los paseos. «Para sentirme segura en Port Saplaya necesitaría que se parcelase al igual que en otros municipios», opina Nuria Martín. Ante esta problemática, Carlos Torres, coordinador del servicio de Salvamento y Socorrismo de Alboraia, explica que parcelar su escaso perímetro solo empeoraría la situación. «La principal regla en nuestras playas es que se respete la distancia de seguridad. En el caso de Port Saplaya, su morfología es muy pequeña para poder parcelar, por lo que nuestro trabajo principal es vigilar que se cumplan las distancias», comenta.

Ante los posibles obstáculos que pueden convertir a las playas valencianas en un lugar de caos y de alto riesgo de contagio, las opiniones acerca de quien tiene la mayor responsabilidad son dispares. Así, hay quienes otorgan un mayor peso a las decisiones tomadas por los consistorios mientras que una parte de la población concede al individuo la máxima responsabilidad a la hora de convertir las playas en un espacio seguro. Así, bañistas critican que la actuación de los equipos de control es «escasa» y «demasiado ocasional». «No he visto mucho control policial, solo alguna patrulla de Alboraia. No ha habido mucha inspección incluso en los meses más intensos», considera Javier López, usuario habitual de Port Saplaya.

No obstante, Laura Rubio, que ayer disfrutaba del día en Port Saplaya opina que no hay que poner el foco en las medidas de seguridad. «Creo que no es necesario reforzar las medidas de seguridad en según que playas. Después de dos veranos con pandemia, la gente está concienciada y toma sus propias medidas», valora Rubio. Asimismo, Laura Cepeda coincide con esta idea y, de forma contundente, afirma: «no es necesario tener un policía detrás controlando cada uno de nuestros pasos».

«La playa es segura pero depende de como nos comportemos nosotros. El problema no es el lugar, sino nuestra conducta, al igual que con los bares, los establecimientos de ocio nocturno, y otros lugares de reuniones sociales», resume así el conflicto Matías Carmona, usuario que acudió ayer a La Patacona por primera vez desde el incio de la pandemia.

Servicio de Salvamento

Sin embargo, el servicio de Salvamento y Socorrismo de Alboraia no busca encontrar culpables. De hecho, este equipo cree que «hacer seguras las playas es trabajo de todos y todas». «La suma de Platges Segures, los equipos municipales de salvamento y el nuevo dron, a través de Conselleria, junto al comportamiento cívico de los usuarios y usuarias, forman una sinergia que hace que la playa sea segura al 100%», afirma Carlos Torres.

Del mismo modo, desde el punto de información turística de la Patacona el balance es positivo. Así, uno de sus trabajadores explica que los y las visitantes han respondido bien, durante el verano, ante el trabajo de los operativos en cargados de hacer cumplir el protocolo anticovid.

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