Todos los años un grupo de amigos iban en carro desde Foyos a la Cueva Santa –entre Alcublas y Segorbe- y pasaban varios días de asueto lejos de las tareas agrícolas. De regreso, pasaban por Navajas donde descansaban en el Salto de la Novia. A base de empeño y con ganas de romper la rutina procuraban fueran días sabáticos, pasárselo bien, disfrutar, Empleaban días en la ida y en la vuelta parando a descansar donde más les convenía. Por todo techo toldos o mantas.

La costumbre les había llevado a crear una murga. Con más imaginación y voluntad que dinero y técnica hicieron con sus propias manos “instrumentos musicales” de cañas o cajas que conseguían previamente o por el camino. La murga funcionó, dio éxito, alegraba el lento traqueteo de los carros.

En uno de estos viajes a la Cueva Santa –me contaba el tío Roc- nació la idea de hacer una banda de música. “Che, per qué no fem una banda?”, dijo uno de los integrantes de la murga. A la vuelta de uno de los viajes, iniciado el siglo XX, 1915, comenzó la gestación de lo que luego se lograría en 19 de septiembre 1921.

La formación musical, en un momento de su larga historia

La historia está contenida y asentada en los libros de actas, cómo fue conformándose aquella realidad en unos tiempos duros y difíciles, de hambre y pobreza total. Seis años costó concretar y perfilar la espontánea y devota idea con más ilusión y ganas que dinero. La pandemia de la gripe española que explosionó en 1918 contribuyó a la demora, pero no aniquiló el anhelo.

Este sábado 18 de septiembre, a las diez de la noche, en la plaza Mayor, telón de fondo la monumental fábrica del templo parroquial-catedral de l´Horta- tiene efecto el concierto inaugural del año jubilar del centenario de la banda de música Santa Cecilia de Foyos en el que actuan la banda, el coro y la orquesta en que se ha convertido la humilde murga originaria. La enorme plaza convertida en un solemne y capaz auditorio para comenzar a festejar los 100 años del Centre Artístic Musical Santa Cecilia de Foios. Va a ser un año de múltiples y emotivas, efusivas, fiestas, la ocasión se lo merece.

En Foyos el Centre desata pasión entre los vecinos.

En lo comienzos, la banda ensayaba donde y como podía, principalmente en corrals i patis. No había dinero para más, hasta que el tío Roc, el primer fan y enamorado de la banda cedió un solar capaz y espléndido donde levantar el Musical, construcción sencilla, pero que fue la acogedora casa de aquellos entusiastas. La cesión fue “ad infinitum", gratuita, mientras fuese destinada para sociedad musical, albergue de la banda. Eso sí que es ser patricio de verdad.

Pronto la sociedad contó con una grupo artístico teatral. Surgieron espontáneamente grandes actores y actrices que no habían pasado por ninguna escuela dramática. Hicieron teatro y cultura en los tiempos en que no había absolutamente nada para instruirse o entretenerse. Conchín, Lupe, Moreta,… A Moreta, Fuster, el humor le sobraba, sólo con verle salir a las tablas ya se tenía el éxito asegurado. Lo quiso enrolar en sus filas como humorista una compañía de alcance nacional. Aquella banda inicial estuvo formada por hombres extraordinarios, que tocaban más de oído que con partituras que no sabían leer. En su derredor grandes incondicionales, forofos, hinchas, sin mirar el reloj, convirtieron el Musical en su segunda casa, en una casa de todos, del pueblo entero, en una época la postguerra oscura y penosa. Hicieron cultura, la única cultura que ha tenido el pueblo durante casi un siglo.

La formación musical, en uno de sus conciertos

Aquella murga peregrina a la Cueva Santa hoy se ha transformado en una Escuela de Educandos con 250 alumnos y una plantilla de 28 profesores, una Coral Infantil, la Banda Infantil, la Juvenil, la Orquesta de Cuerda Infantil, la Banda Sinfónica de 90 músicos, la Orquesta Tetracorde y una Coral, todo un orgullo para el pueblo.

Excelentes presidentes y directores de banda han configurado la sociedad. Grandes directores con Miguel Rodrigo Corell y su hijo Miguel Rodrigo Plasencia. De este pueblo y vocación musical es Ramón Corell, fundador de la Orquesta Sinfónica de Valencia. El centenario lo va a presidir la titular de la sociedad, una mujer, Guadalupe Marco, hija de Amado, indiscutible seguidor y colaborador de la banda, que hasta tocaba en ella el bombo sin, como casi todos, saber música, dándole mazazo cuando el maestro Miguel Rodrigo le señalaba.

El cartel elegido para celebrar el centenario.

El centenario viene carregat de bombo. Uno de los actos será la actuación de la Banda Municipal de Valencia en el pueblo, a ella pertenecieron en su día los maestros Miguel Rodrigo. Será todo un año lleno de música de una banda que nació ilusionada de una murga para nada burlesca, sino humilde, sencilla, fecunda.