Si es cuestión de abordar el empleo en la comarca de l’Horta Sud es imprescindible hablar de las personas, de las empresas, de la formación y de las administraciones. De las alianzas para fomentar una mejor adhesión de la población activa a las necesidades del mercado de trabajo. De adaptarse a las transformaciones de los oficios en un mundo cambiante. Tecnología, nuevas prácticas e incluso nuevas profesiones que implican conocerlas y formarse.

El empleo es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. Una prioridad. Y por eso, ha de ser prioritario también para las administraciones públicas, para las entidades sociales y, en última instancia, para las empresas, que a fin de cuentas son quienes emplean, en gran medida, a las personas trabajadoras.

Los ponentes que participaron en la jornada. JM López

El balcón del Antic Mercat de Torrent, junto a la emblemática Torre acogió la mesa de diálogo «Impulsant l’ocupació i l’economia en l’Horta Sud», organizada por el periódico Levante-EMV y patrocinada por el Ayuntamiento de Torrent y la empresa municipal Idea’t. Un encuentro que estuvo moderado por la delegada de la edición de l’Horta de Levante-EMV y periodista, Laura Sena y que contó con la participación de Andrés Campos, concejal de Estrategia, Innovación y Economía de Torrent; Rocío Briones, directora general de Labora; Inma Vela, directiva del Foro Empresarial de l’Horta Sud; Víctor Tatay, director regional de la consultora Adecco y Miguel Ribera, gerente de la Asociación Valenciana de la Economía del Bien Común.

Principales retos

La cita se abrió con una pregunta, ¿Cuáles son los principales retos?. Rocío Briones abrió el turno de intervenciones, primero, resaltando la vocación territorial de Labora que, «ha de estar en cada territorio para conocer y detectar las necesidades de empresas y personas», realizar un diagnóstico y a través de la realidad, poder planificar una política de empleo específica, «algo que no existía» cuando su gobierno llegó en 2015 ya que «se funcionaba con políticas de inercia». A partir de entonces, se centraron en diseñar una estrategia «que contara con los agentes sociales». De hecho, Briones resaltó que se han destinado 150 millones de euros para incentivar el empleo en l’Horta Sud y 20 millones solo para su capital, Torrent.

El diálogo se realizó junto a la torre de Torrent, en el Antic Mercat. JM López

En segundo lugar, Briones dijo que el principal objetivo es mejorar la calidad de los trabajos. «Hay precarización, sobre todo en la mitad de la población, las mujeres, que todavía no puede estar al 100 % y en los jóvenes, que acumulan una tasa de desempleo tozuda». Víctor Tatay, de Adecco, coincidió y tildó de «gran anomalía» el 35 % de desempleo juvenil, y mencionó, también, las altas tasas de temporalidad.

Andrés Campos, por su parte, valoró el trabajo de la administración local durante la pandemia y apuntó a un aumento de la «tasa de automatización» (informatización del empleo) que, lejos de destruir puestos de trabajo, «creará más: pero diferentes». Para ello, en opinión de Campos es imprescindible «transformar, también, la formación que se ofrece a las personas, no solo en ámbito laboral sino a nivel vital». dijo. «Tenemos que adquirir las herramientas más ágiles para transformar la capacitación de las personas al nuevo mercado laboral», añadió.

Ser ágiles para adaptarse

Agilidad que tuvo el consistorio cuando estalló la pandemia. «En seis días, todo el mundo tele trabajaba y atendíamos de lunes a sábado a las personas, hasta entregábamos puerta a puerta los certificados digitales», detalló Campos. Reinventarse o morir, dicen. Torrent fue la primera en España en ser 100 % electrónica.

Con todo, y tras pasar una pandemia mundial, Inma Vela, del Foro Empresarial de l’Horta Sud, ve la situación laboral como «esperanzadora» y que necesita «aportar otros conocimientos para los cambios que vienen de forma acelerada». Conocimientos digitales, capacidad crítica o trabajo en equipo son algunas de las cualidades que Vela cree que harán falta. Y para ello, las administraciones públicas y las empresas han de trabajar, mano a mano, para apoyarse en esa transformación. «Se ha de fomentar el crecimiento de las empresas y la industria local que garantiza un trabajo estable, con el reto de mantener y potenciar ese crecimiento sostenible», argumentó Vela. Unos cambios que, para Víctor Tatay, no ponen en jaque el factor humano. «Se ha demostrado que por mucha robotización, las personas seguirán marcando la diferencia, pero tendremos que adaptarnos al acelerón y aprovechar esas novedades o perderemos una oportunidad», dijo este experto.

Un momento de la jornada sobre fomento del empleo JM López

Aprovechar la oportunidad pero en comunidad. Miguel Ribera, por su parte, añadió a los temas que se pusieron sobre la mesa que «hay que dar soluciones a la economía local, que son el verdadero motor de la economía». «Si el tejido industrial baja, los empleos desaparecen», apuntó el gerente de Economía del Bien Común. «Hay que poner en el centro de la economía a las personas, dinamizar los proyectos locales y emprender a través de cooperativas, al tiempo que se conciencie a los jóvenes sobre el consumo desenfrenado, sobre todo en internet», remarcó.

En la mesa también se abordaron los perfiles que escasean en el mercado laboral. Los oficios manuales como fresadores, fontaneros y los socio sanitarios son los que más se requieren y más difíciles son de encontrar. Por último, todos coincidieron en la importancia de no perder el foco en las personas. Humanidad y red comunitaria para afianzar un trabajo de calidad.

«Tenemos que inculcar el emprendimiento y la creatividad desde la escuela»

Emprendimiento, facilidades para las microempresas y factor humano como principales reivindicaciones del sector. Unos apuntes que complementó el público asistente (en su mayoría perteneciente al tejido empresarial y asociativo de l’Horta Sud) tras el diálogo a seis frente a la Torre de Torrent. Isidro Andreu, ceramista jubilado, puso sobre las mesa, tras las exposiciones de los ponentes, las desigualdades a las que se enfrenta el comercio local frente al global, que viene de gigantes como China y las pocas subvenciones para empezar un negocio que da la administración. Andrés Campos añadió que «una situación globalizada requiere de una propuesta común fuerte». «Hay que actuar de forma conjunta para competir en igualdad y justicia», respondió.

Miguel Ribera, por su parte, compartió la experiencia de «reinvención» de algunas empresas del sector de la naranja, que, ante la «competencia desleal» habían empezado a popularizar el producto típico de la huerta valenciana a través de «catas de naranja» con recorrido explicativo por los campos. «Hay que tener imaginación para darle valor a los productos autóctonos». Y en la Comunitat, «otra cosa no, pero creativos, somos», añadió Laura Sena.

Seguidamente, Dani Martín, economista y asesor de empresas, animó a la administración a relajar la burocracia para quienes se dedican a ayudar al empresario, que ven su trabajo paralizado muchas veces por las largas esperas. Además, apuntó la idea de «introducir jóvenes en el mercado que no vengan a pedir empleo sino a dar», a través de iniciativas emprendedoras. «Para mí, es la clave de todo». Algo que apoyó Rocío Briones: «es importante construir personas emprendedoras desde la escuelas». Inma Vela, por su parte, añadió que «hay que implementar la protección a los autónomos, porque las crisis son cíclicas y un autónomo no tiene protección», razonó.

«Poner los pies en la tierra»

Finalmente, Victoria Miguel, emprendedora torrentina y empresaria jubilada que se dedicó toda la vida a formación para encontrar empleo, puso la guinda del pastel. «Tenemos que poner los pies en la tierra», dijo. «Y la primera piedra se tiene que poner en el colegio». ¿Cómo? «Enseñándoles a hacerse preguntas, implementando módulos de emprendimiento para que la gente asumiera que cuando trabaja en una empresa su implicación es vital para que la misma funcione», añadió la empresaria.

Para ello, razonó Miguel «hay que dejar atrás el individualismo y formar personas con humanidad». «Solo un diagnóstico nos puede aportar soluciones», dijo. Con esta última idea, todos coincidieron en la importancia de basar la actividad (la laboral también) en hacer comunidad y equipos humanos que colaboren entre ellos.