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Juan Bau: La estrella que no se apaga

Aldaia, su pueblo natal, homenajea ahora al baladista con una exposición que narra toda su carrera artística

Juan Bau: La estrella que no se apaga |

La estrella de Juan Bau lleva 50 años brillando. Su carrera en solitario le llevó a convertirse y mantenerse en el número uno en las listas de éxitos durante las décadas de los años 70 y 80. Su fidelidad a la balada y el romanticismo supuso un cortocircuito de su luz en España, mientras que Latinoamérica acogió con los brazos abiertos su música hasta la fecha.

Ahora, el ayuntamiento de su pueblo natal, Aldaia, ha querido homenajear su papel clave en la historia de la música y, en concreto, de la balada. El Centro de Gent Jove, situado en la Plaça de la Constitució, acoge desde el 11 de noviembre de 2021 hasta el 11 de enero de 2022 una exposición que recorre la estela del cantante, gracias al trabajo de los dos comisarios de la muestra, los músicos Hugo Chinesta y Manuel S. Zarapico, encargados de un exhausto trabajo de hemeroteca con el beneplácito del artista.

Juan Bau: La estrella que no se apaga | FOTOS DEL ARCHIVO DE JUAN BAU

Juan Bautista (1948) dio sus primeros pasos en el mundo de la música de forma prematura. El aprendizaje de Domenech Calvo, su maestro de guitarra en Aldaia, le permitiría empezar «de forma fortuita» en su primer grupo, Los Piquens. La gran demanda de actuaciones le llevó hasta su segundo grupo, Modificación, clave para entender el paso de la música de los años 50 a los 70 en España.

Su estilo fresco influenciado por los ritmos norteamericanos le llevaron a dar el salto en solitario. Cullera fue un punto y a parte en su vida. Su actuación con Modificación llamó la atención de Pablo Herrero y José Luís Armamenteros, dos de los mejores compositores y productores de España.

«Marcha a Madrid para no volver», afirma Zarapico. Su asentamiento en la capital marcó el despegue de su carrera en solitario, cuyo 50 aniversario coincide con el cierre de la exposición, centrada en la balada. Su canción «La Estrella de David» marcó en 1973 el inicio de un fenómeno fan «desbordante», sin precedentes en España. Este éxito le llevó a cerrar el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar de Chile en 1974 y, a día de hoy, sus semanas acumuladas como número uno a lo largo de su carrera en el ranking de los 40 Principales le sitúan con otros artistas como Adele, The Rolling Stones o Estopa.

Sin embargo, su luz en España comenzó a mimbar en los años 80 con la llegada de la movida madrileña. Amo de su destino, Juan Bau decidió apostar por su género y no ceder ante las presiones de su discografía y de la música rock, la moda de la época. A día de hoy, el artista continúa dando conciertos en Latinoamérica, donde familias completas acuden a admirar al cantante.

Juan Bau: La estrella que no se apaga

La exposición cuenta con una rica y variada colección de elementos cedidos de la colección privada de Jose Luis Vila, antiguo mánager de Bau, que simbolizan y narran los puntos álgidos de su carrera para «recrear el marco temporal» que vió triunfar a Bau.

Así, la exposición transporta a sus visitantes hasta la década de los 70 a través de una recopilación de todos sus EP publicados, una guitarra como la que tocaba en Los Piquens, amplificadores, sintetizadores (uno de los primeros de la época), partituras, abanicos personalizados y también hacia su faceta como pintor con tres de los cuadros de su colección privada, una faceta heredada de su padre, quien fuera artista fallero.

Pero sin duda, uno de los elementos representativos de Juan Bau fueron sus trajes, ahora, piezas de coleccionista. En la muestra se puede encontrar uno de los que utilizó en TVE, en la portada de Lluvia de Estrellas e incluso una recreación del traje blanco que utilizó en el Festival de la Canción de Viña del Mar.

El recorrido finaliza con las actuaciones en su pueblo, Aldaia, lugar donde desde 1974 hasta 2004, Bau ha actuado hasta en cuatro ocasiones. Sin duda, Juan Bau elevó el nombre de Aldaia no solo a nivel nacional, también fuera de nuestras fronteras. «En todas sus actuaciones nombra a Aldaia y utiliza su emblema, el abanico. Hizo gala de su pueblo incluso en Latinoamérica», explica Hugo Chinesta.

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